| Chinos en Madrid
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Han nacido o crecido en España, hablan chino y español pero, en vez de heredar la tradicional tienda de 'todo a cien' de sus padres han decidido montar otro tipo de negocios de mayor cualificación: son la nueva generación de chinos protagonistas del documental 'China en Madrid'.

En su español no hay ni rastro de acento, pero su nombre y su rostro lo delatan: Kwuang Fu Cheng nació en Taiwan hace 36 años y es uno de los mejores ejemplos de la segunda generación de chinos residentes en la Comunidad de Madrid, más integrada que sus padres, en buena parte gracias al dominio de la lengua.

"Cuando hablo por teléfono y me preguntan si soy el titular de la línea telefónica o del banco, les doy mi nombre, les digo que soy yo y no se lo creen", cuenta a Efe con una sonrisa.

Kwuang Fu llegó a España cuando tenía cuatro años, estudió Empresariales en nuestro país y lleva viviendo desde el año 2000 en Madrid, donde regenta una academia de chino próxima a la Gran Vía que cuenta con alrededor de 250 alumnos y un total de ocho trabajadores, entre los que hay algún español.

Wei Wei Pan se mudó sola hace nueve años a Madrid para aprender español, ya que considera que es un idioma "muy útil" para hacer negocios, sobre todo en un mercado emergente como el latinoamericano.

Tras estudiar un máster de comercio exterior en la universidad Rey Juan Carlos de Madrid, decidió crear la empresa On-way gourmet Spain, que se dedica a exportar a China algunos de los productos más apreciados de la gastronomía española, como el vino, el jamón o el aceite de oliva.

"Soy una china españolizada", bromea en un idioma que, según asegura, le ha ayudado a conseguir que su integración sea "más sencilla" en España, donde se relaciona fundamentalmente con nativos.

Kwuang Fu y Wei Wei son dos de los nueve chinos protagonistas del documental 'China en Madrid', presentado hoy en la capital, con el que la periodista argentina Hebe Schmidt, experta en economía y migraciones, ha querido reflejar las vidas de la segunda generación de chinos, llegados a España a partir de la década de 1980.

"Emprenden mejor, están más adaptados e integrados, han aprendido español y se han formado más", asegura.

LOS NUEVOS EMPRENDEDORES CHINOS APUESTAN POR EL NEGOCIO TECNOLÓGICO Y TEXTIL

Tras analizar el perfil de los nuevos inmigrantes chinos, concluye que poco a poco va desapareciendo el estereotipo de empresario ligado a los restaurantes y los bazares de 'todo a cien' para dar paso a jóvenes que crean empresas relacionadas con sectores muy diversos, como el tecnológico o el textil.

"Generan riqueza y puestos de trabajo, contratan españoles y se asocian con ellos para sus negocios tanto aquí como en China", destaca.

Es el caso del abogado Yihong Ji Wang, que ha montado una asesoría en la que trabajan tres abogados españoles y tres secretarias chinas y con la que pretende "mejorar las relaciones entre los dos países".

"No sabemos transmitir la imagen de nuestra comunidad, en los medios de comunicación salen más noticias negativas de la comunidad china que positivas", lamenta sobre una cuestión en la que cree que el desconocimiento de la lengua española ha sido el mayor obstáculo para la integración de las generaciones anteriores.

De los 27 años que lleva en España los doce primeros residió en Valencia, donde estudió Derecho, y los quince restantes en Madrid, donde vive junto a su mujer, de origen chino pero colegiada como médico en nuestro país, que cuenta con más de 180.000 inmigrantes procedentes de China, de los cuales alrededor de 51.000 están censados en la región.

Julia Zhang ha optado por españolizar su nombre para desenvolverse con más facilidad en el mundo de negocios de Madrid, donde es socia desde hace doce años junto con un español del Grupo Orient, que engloba un total de diez empresas de asesoría, inversión, turismo y márketing y publicidad, entre otras especialidades, y que cuenta con una veintena de empleados.

"La imagen de la comunidad china no es muy constructiva, por eso me decidí a participar en este documental", cuenta esta empresaria de origen chino pero que ha desarrollado su actividad profesional en España y Argentina, donde todavía reside buena parte de su familia.

Con 35 años, Lian Chen es dueño de una empresa de importación y exportación de artículos de papelería con la que ha dado trabajo a alrededor de 30 personas, entre ellas muchos españoles y latinoamericanos.

"Me siento español, ya no quiero volver a China", afirma con rotundidad este ingeniero de construcción, que llegó hace 15 años a Madrid, donde han nacido sus dos hijos.

Un bar de tapas, una agencia de viajes, una cadena de moda y una empresa de iluminación y placas solares son otros de los negocios creados por estos nuevos emprendedores chinos que cuentan su experiencia migratoria en el documental.

"Su espíritu emprendedor está haciendo que sean un motor económico muy importante en la región", señala el director general de inmigración de la Comunidad de Madrid, Gonzalo Ortiz, una de las instituciones y organismos que ha apoyado este proyecto.

Otro buen ejemplo es Bo Huang, un joven chino que dirige una productora audiovisual con trabajos en español y que, a pesar de no aparecer en el documental, ha querido estar presente en el acto de presentación para apoyar a sus compatriotas y, de paso, buscar contactos para un negocio alejado también de los clichés tradicionales.