La aerolínea de bajo coste irlandesa Ryanair afronta desde mañana, jueves, una nueva tanda de huelgas de su personal en España a la que se suman los pilotos.
En concreto, el Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (SEPLA) ha convocado paros de 24 horas el jueves, el viernes y el domingo, coincidiendo en estos dos últimos días con las huelgas de los tripulantes de cabina (TCP) impulsadas por los sindicatos USO y sitcpla.
Además, tanto pilotos como TCP han convocado nuevos paros la próxima semana para el viernes 27 y el domingo 29 de septiembre. Todas estas movilizaciones son en protesta por la intención de la aerolínea de cerrar sus bases en Tenerife sur, Las Palmas, Lanzarote y Girona.
De confirmarse estos cierres, Ryanair procedería al despido de 512 trabajadores repartidos entre 164 empleados en la base de Girona, 156 en Tenerife, 110 en Las Palmas y 82 en Lanzarote.Los sindicatos denunciaron esta semana que la aerolínea está incurriendo en numerosas prácticas “mafiosas” para impedir el ejercicio del derecho de huelga y que lo está haciendo con la “inhibición” del Gobierno, al que responsabilizan de estar “mirando para otro lado” en este conflicto.
A Ryanair le reprochan que está “amedrentando” a los trabajadores con coacciones diversas para que no secunden la huelga, y al Ministerio de Fomento que ha aprobado una orden decimonónica de servicios mínimos que supone en realidad una vulneración del derecho de huelga.Se quejan además de que, en el caso de Canarias, los servicios mínimos afectan al 100% de los vuelos, pese a que a las islas vuelan otras compañías de la competencia y la conectividad está garantizada. De hecho, en las seis jornadas de huelga que han realizado ya los TCP, la compañía ha cancelado apenas ocho vuelos.
Los sindicatos barajan la posibilidad de que la clausura de bases solo afecte finalmente a las tres canarias y no a la de Girona, a la luz de declaraciones hechas por las partes en el conflicto tras la mediación de la Generalitat de Cataluña.
Esa intervención es la que echan en falta del Ejecutivo central y al que avisan de que su lucha no se detiene, y que continuarán las conversaciones con grupos parlamentarios y con exigencia al Parlamento Europeo para que detenga la ilegalidad “transaccional” de Ryanair.