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El Estado será el principal accionista de Bankia en cuanto nacionalice su sociedad matriz, el Banco Financiero y de Ahorros (BFA), y aportará el capital que sea "estrictamente necesario" para sanearlo y asegurar su futuro. El Gobierno, en un comunicado del Ministerio de Economía, explica que se nacionalizará el cuarto mayor grupo español, con más de 400.000 accionistas, para garantizar su solvencia, la tranquilidad de los 10 millones de clientes y disipar las dudas de los mercados.

Además, insiste en que no interviene la entidad, sino que decide convertir en acciones del grupo el préstamo de 4.465 millones que el Estado le concedió a finales de 2010 para su creación. El argumento que esgrime el Ejecutivo es que ve "improbable" que el gigante que hasta hoy presidía Rodrigo Rato pueda devolver ese dinero en un plazo de 5 años, aunque fuentes próximas a la entidad hacen hincapié en que son ellos los que piden la entrada del Estado.

Al fin y al cabo, el nombramiento, aunque no por unanimidad, de José Ignacio Goirigolzarri como nuevo presidente de Bankia y de su matriz por parte de sus consejos de administración ha traído como primera decisión solicitar ese canje. O sea, la entrada del Estado.

Pero el matiz es importante porque el grupo defiende que es "consciente" de su estado y por ello ha propuesto convertir la ayuda que recibió, tras obtener el visto bueno de todos sus consejeros. Economía dice que impulsará todos los trámites para nacionalizar el grupo y da por hecho que se hará con el 100 % del mismo, con lo que las cajas que lo crearon verán esfumadas su participación, e indirectamente con el 45 % de Bankia, lo que le asegura el control de la entidad cotizada.

No obstante, desde el gigante financiero insisten también en que es pronto para dar por hecho que el Estado se hará con esos porcentajes, puesto que antes será necesaria hacer una doble valoración de la matriz del grupo con el fin de aclarar si las cajas que lo crearon siguen teniendo alguna participación.

LA OBRA SOCIAL

Esto resultará determinante para que no acabe desapareciendo la obra social de Caja Madrid, Bancaja, La Caja de Canarias, Caixa Laietana y las cajas de Ávila, Segovia y Rioja. Además, cuando la nacionalización de BFA se materialice, el Estado pasará a ser también accionista de Iberdrola, Mapfre, NH Hoteles o Indra, que son algunas de las participadas del grupo.

A primera hora de la tarde, antes de asumir la presidencia de BFA, Goirigolzarri ya fue nombrado presidente de Bankia y declaró que asumía el cargo con el reto de hacer la entidad "mas fuerte, rentable y potente".En declaraciones a Efe TV, el sustituto de Rato indicó que su proyecto al frente de Bankia redundará en beneficio de "la sociedad española" y añadió que asumía el puesto "con una gran sentido de la responsabilidad y al mismo tiempo con una gran ilusión".

"Creo que tenemos entre las manos un proyecto de extraordinario futuro", dijo, mientras se oían voces críticas desde distintos sectores que temían que con su llegada el nuevo presidente propusiera la nacionalización del grupo. Por su parte, el presidente saliente, Rato, se despedía de todos los empleados de Bankia a través de un correo electrónico en el que les pedía que dieran todo su apoyo, colaboración y lealtad al nuevo presidente.

El relevo de Rato por Goirigolzarri se produce en un momento complicado para la entidad, ya que, por su alta exposición al sector inmobiliario, su morosidad y tamaño, uno de los más grandes en España, se calcula que podría necesitar un apoyo público de unos 7.000 millones de euros.