La riqueza financiera neta de las familias española alcanzó los 1.111.079 millones de euros en el segundo trimestre de este año, lo que supone un crecimiento del 30,9% respecto al mismo periodo del año anterior, según datos del Banco de España. De este modo, la riqueza de las familias ha marcado un nuevo récord en el mes de junio y alcanza el máximo histórico desde que el Banco de España recopila datos.
La riqueza de los hogares vuelve así a situarse en los niveles previos a la crisis económica, ya que en el primer semestre de 2007 también superó el billón de euros. Esto pone de manifiesto que las familias se están desapalancando y que han aprovechado los años de crisis para reducir su endeudamiento y elevar su riqueza.
De hecho, la deuda de los hogares se ha situado en el primer trimestre de 2014 en 835.706 millones de euros, lo que supone un 5,06% menos que en 2013. Los activos financieros totales de las familias, antes de descontar la deuda que poseen, alcanzaron los 1,946 billones de euros entre abril y junio de este año, un 12,6% más que el año anterior.
MAS DINERO EN DEPOSITOS Y EN ACCIONES
Del total de la riqueza de las familias, la gran parte de los ahorros de los hogares se encuentra en efectivo y depósitos, 862.160 millones de euros, un 0,1% menos que hace un año; mientras que en acciones y participaciones las familias españolas atesoran un total de 680.199 millones de euros, lo que supone un 40,25% más que el año anterior.
En reservas técnicas de seguros, que suman 317.485 millones de euros, las familias han aumentado un 8,3% su participación, mientras que en los valores distintos de acciones, con 28.769 millones de euros, la han reducido en un 12,49%.
Por el lado de las deudas, de los 835.706 millones de euros que debían las familias españolas hasta junio, la mayoría de estos pasivos eran préstamos, por importe de 775.245 millones de euros, un 5,03% menos.
Dentro del total de créditos, los que tienen un vencimiento a corto plazo caen respecto a hace un año (-5,9%), hasta los 33.745 millones de euros y los créditos a largo plazo se reducen un 4,59%, hasta los 741.500 millones, si bien siguen copando todavía la mayor parte de la deuda de los hogares.