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Tras permanecer cinco años secuestrado por terroristas de Hamás, el soldado israelí Gilad Shalit ha sido liberado. Treinta Minutos ha querido recuperar el documental "Una familia en cautividad", que narra la vida de la familia Shalit en su lucha por recuperar a Guilad.

El 25 de junio de 2006 Gilad Shalit, un joven sargento del ejército israelí, fue secuestrado por milicianos de Hamás en su propia base militar cerca de la frontera con Gaza. Tres años después de aquel incidente, la familia Shalit recibía una cinta de vídeo con la única prueba de vida de su hijo. "Una familia en cautividad" es un emotivo documental que muestra hasta dónde es capaz de llegar el amor de unos padres en su lucha por que no se olvide la memoria de su hijo Shalit, que continúa en manos de los terroristas.

Para la elaboración del documental "Una familia en cautividad" la familia Shalit (los padres del soldado Gilad así como su hermano) aceptaron la presencia de una cámara de televisión en su casa durante las 24 horas del día. A lo largo de varios meses, esa cámara de televisión se convirtió en mudo y excepcional testigo de sus emociones, de sus conflictos internos, de su desesperada batalla contrarreloj para conseguir apoyos para liberar a Gilad.

"Una familia en cautividad" muestra la frenética actividad de unos padres angustiados que tratan de conseguir la mayor visibilidad posible en los medios de comunicación, no sólo israelíes, sino de medio mundo: conscientes de la necesidad de ponerse en manos de profesionales, la familia Shalit contrató los servicios de una agencia de publicidad para que gestionara las campañas informativas sobre el secuestro de su hijo. Las entrevistas constantes de esos padres con políticos de medio mundo, con líderes de comunicación, activistas y personalidades del mundo de la cultura constituyen el día a día de unos padres que no han dudado en abandonarlo todo para recuperar a su hijo: "Una familia en cautividad" expone cómo puede verse transformada la vida de una familia de clase media israelí que son conscientes de que un paso en falso puede acabar con la ejecución y asesinato de su hijo. Según avanza la narración del documental, el programa va desnudando las emociones de unos padres y un hermano del secuestrado, que exponen abiertamente su intimidad para conmover las conciencias de los secuestradores que no han dudado en utilizar a un ser humano como moneda de cambio de forma indefinida.