El expresidente italiano ha sido uno de los personajes más relevantes de la vida pública italiana durante el último medio siglo
Considerado como el padre de los populismos, fue un empresario de éxito, uno de los hombres más ricos de Italia y una figura controvertida siempre rodeada de polémica
REDACCIÓN
El exprimer ministro italiano, Silvio Berlusconi, fallecido este lunes a los 86 años ha sido uno de los personajes más relevantes de la vida pública italiana durante el último medio siglo.
Empresario de éxito y uno de los hombre más ricos de Italia, fue un incombustible animal político que cambió el modo de hacer política a nivel internacional.
En su larga trayectoria profesional han tenido cabida tanto grandes triunfos políticos, sonoros fracasos e infinidad de polémicas.
TRES VECES JEFE DE GOBIERNO DEL PAÍS
La vida de Berlusconi dio un quiebro en 1994 al concurrir a las elecciones generales al frente de la derecha.
Su triunfo marcaría el inicio de tres Gobiernos (1994-1995, 2001-2006 y 2008-2011) y la instauración de un protagonismo indiscutible.
Había llegado el 'Caimán' de la política italiana, por emplear el término con el que le bautizó el cineasta Nanni Moretti, un animal siempre pronto a la batalla contra sus muchos y crecientes rivales.
PROPICIÓ LA CAÍDA DE DRAGHI
Cuando todos le daban por muerto, Silvio Berlusconi volvió a colocarse en el centro de la foto.
Berlusconi fue el "cómplice necesario" para hundir el Gobierno de Mario Draghi, condenando la legislatura a un final prematuro.
El Senado fue el escenario donde se consumó oficialmente el final del Gobierno italiano, pero el guión se escribió a varios kilómetros de distancia de la Cámara Alta, en Villa Grande, la lujosa mansión romana de Silvio Berlusconi.
En esta histórica morada 'Il Cavaliere' reunió al líder de la Liga, Matteo Salvini, y a sus colaboradores más estrechos para planear la estrategia con la que responder a la tregua ofrecida por Draghi.
Tras esa reunión Mario Draghi perdió los apoyos parlamentarios para gobernar. No obstante, el multimillonario empresario nunca reconoció responsabilidad alguna en la caída del Gobierno, y achacó a un "posible cansancio" de Draghi su salida.
PRECURSOR DE LOS POPULISMOS
Berlusconi supo aprovechar la desafección por la política y se presentó como un freno contra el comunismo.
Se vendía a sí mismo como un hombre hecho a sí mismo que pretendía llenar el vacío en un país desencantado con sus políticos.
De este modo, bajo el lema "Comunismo o libertad", prometió liderar el país como había gestionado sus empresas.
El nombre de Berlusconi se asociará para siempre con la creación del populismo por su forma de hacer política, que posteriormente han adoptado otros líderes mundiales como Donald Trump o Jair Bolsonaro.
MEDIOS DE COMUNICACIÓN
Berlusconi comenzó su actividad como empresario de la construcción en los años 60 del siglo pasado.
En los años 70 puso en marcha una televisión por cable que emitía en uno de los barrios milaneses que él mismo había construido, se hizo con parte del capital del diario 'Il Giornale' y creó la televisión 'Canale 5'.
Ese 1978 fundó 'Fininvest', la sociedad de cartera de la familia Berlusconi que hoy controla un imperio formado entre otros por la casa editorial 'Mondadori', la productora de cine 'Medusa' y el grupo audiovisual Mediaset.
CAMBIÓ EL SECTOR AUDIOVISUAL ESPAÑOL
En el año 1989 se produce un movimiento clave en el sector audiovisual español al producirse la liberalización de la televisión, dando lugar a la concesión de licencias a tres canales privados.
Berlusconi adquirió entonces el 25%, el máximo estipulado por ley, de Telecinco ese mismo año.
Desde sus inicios, la cadena se destacó por su programación innovadora y orientada al entretenimiento, logrando rápidamente altos índices de audiencia y popularidad gracias a un formato muy italiano que copiaba a su homónima Canale 5.
Las 'Mama Chicho' llegaron a convertirse en el icono de la cadena, que alcanzó cotas máximas de audiencia en la época.
HOMBRE DE FÚTBOL
Berlusconi fue un hombre de negocios y de política, pero también de fútbol.
Fue dueño del AC Milan desde los años 70 hasta 2017, cuando lo vendió a un consorcio chino, y compró posteriormente el Monza, un pequeño equipo que llevó a la élite de la serie A.
La impronta que deja en el deporte rey no tiene parangón con muchas otras obras de arquitectura futbolística. Aquel Milan campeón será siempre conocido como el 'Milan de Berlusconi'.
"BUNGA BUNGA"
Berlusconi se casó en dos ocasiones, primero con Carla Elvira Lucia Dall'Oglio en 1965, teniendo dos hijos, Marina y Pier Silvio, y en 1980 con la actriz Veronica Lario, de quien tuvo otros tres Barbara, Eleonora y Luigi.
Sus últimas horas las pasó junto a su novia, Marta Fascina, 53 años menor que él y que no se ha separado de su lado en sus últimos tiempos de enfermedad.
Pero, pese a esta aparente estabilidad de sus últimos años, Berlusconi se vio envuelto en un sinfín de polémicas resumidas en dos palabras ya populares: "Bunga bunga".
Sus mansiones fueron el centro de una vida social plagada de fiestas en las que nuca faltaban jóvenes despampanantes.
En una de ellas, la villa de Arcore, fue en donde el magnate se metió en un lío judicial que le perseguiría para siempre: el 'Caso Ruby'. Este era el apodo de la marroquí Karima El Mahroug, con la que el magnate mantuvo relaciones sexuales cuando era menor.
Las horas de audiencias sacaron a la luz sus orgías con muchachas a las que él restó importancia en más de una ocasión tachándolas de "cenas elegantes".
Era el "Bunga Bunga", el término que Berlusconi copió a su amigo, el dictador libio Gadafi, para referirse a esas sesiones de sexo.
POLÉMICAS Y CONDENAS JUDICIALES
Siempre polémico, se recuerda cuando a modo de broma puso "los cuernos" en una cumbre al entonces ministro de Exteriores español, Josep Piqué; cuando dijo que envidiaba la piel bronceada del expresidente de Estados Unidos Barack Obama o que el dictador Benito Mussolini "envió gente de vacaciones" al exilio.
Además de por sus numerosos chistes machistas, Berlusconi causó polémica por su amistad con Vladimir Putin, en particular en sus últimos meses de vida.
Berlusconi apoyó además la guerra de Irak. También envió tropas a la guerra de Afganistán y aviones de combate para derrocar al exlíder libio Muamar al Gadafi en la intervención militar en Libia de 2011.
Pero lo que, sin duda, ha generado más polémica en torno a su figura han sido sus condenas judiciales.
El 24 de junio de 2013 se le condenó en primer grado a siete años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por prostitución de menores y abuso de autoridad en el Proceso Ruby.
Pocas semanas después, el 1 de agosto de 2013, la Corte Suprema de Casación (corte de última instancia) lo condenó en forma definitiva a cuatro años de prisión por fraude fiscal en el Proceso Mediaset. Debido a un indulto del gobierno de Romano Prodi aprobado en el Parlamento en 2006, se le redujeron tres años de cárcel de la pena inicial; por lo que solo le quedaba un año de pena en prisión.
El 8 de julio de 2015, el tribunal de Nápoles lo condenó a tres años de prisión por el delito de corrupción, tras haber sobornado al senador Sergio De Gregorio. Los pagos se realizaron entre 2006 y 2008, y consistieron en aproximadamente tres millones de euros.
AGREDIDO EN MILÁN
El empresario y político fue agredido en Milán por un hombre con problemas mentales.
El atacante le lanzó una estatuilla de plástico y yeso de la catedral de Milán, lo que le causó una rotura en la nariz y en un diente.
UNA FORTUNA DE 6.900 MILLONES
Según la revista Forbes; Berlusconi tenía una fortuna estimada de 6.900 millones de euros, fruto tanto de sus incursiones en los medios de comunicación como de su paso por el mundo empresarial y del fútbol y su extensa carrera política, lo que le convierte en la figura con mayor patrimonio de Italia en el mundo de la política.
Por delante, sólo tenía hasta ahora a Giovanni Ferrero y Giorgio Armani, dedicados al sector de la comida y la moda respectivamente.
Su muerte hace ahora temblar su imperio económico, que tendrá que repartirse entre sus cinco hijos, pero también a su partido Forza Italia, que queda huérfano de su máximo líder y no tiene un claro heredero.