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El joven de origen hispano detenido por disparar presuntamente contra la Casa Blanca fue acusado hoy de intento de asesinato del presidente de estadounidense, Barack Obama, o de sus empleados.

El cargo contra àscar Ramiro Ortega-Hernández fue anunciado por un magistrado federal durante una audiencia en Pittsburgh (Pensilvania), según informó el diario "Pittsburgh Post-Gazette".

El acusado, que se encuentra bajo custodia del servicio secreto estadounidense, será trasladado en los próximos días a la capital, Washington, para ser juzgado por ese cargo en un tribunal federal.

De ser declarado culpable, se enfrenta a una pena máxima de cadena perpetua.

Ortega-Hernández, de 21 años, fue detenido el miércoles en un hotel cercano a Indiana, localidad cercana a Pittsburgh, después de una frenética búsqueda de las autoridades federales, que le identificaron como sospechoso de disparar cerca de la Casa Blanca el pasado viernes.

Poco después del suceso, las autoridades encontraron a unas calles de distancia un vehículo abandonado con un rifle de asalto AK-47, registrado a nombre del detenido.

Nadie resultó herido por los disparos, pero el Servicio Secreto halló el martes dos balas, una cerca de las ventanas de la fachada sur de la mansión presidencial y otra en el exterior del recinto.

Una de las balas impactó en una ventana ubicada en el centro de la vivienda familiar y enfrente del Despacho Oval, pero fue detenida por el cristal blindado.

El presidente el viernes se encontraba junto con la primera dama, Michelle Obama, en Hawai, con motivo de la cumbre de los países del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).

Aunque aún no se ha publicado el informe de balística que relacione las balas halladas con el rifle de Ortega-Hernández, el cargo presentado por las autoridades apunta a que las autoridades creen que el ataque del joven está conectado el hallazgo de los proyectiles, considerados hasta ahora dos sucesos independientes.

El joven acusado actuó al parecer movido por su "odio al presidente, a Washington y a la sociedad", dijo un funcionario policial al diario "Washington Post".

Ortega-Hernández llegó a referirse a Obama como el "Anticristo", en una conversación que mantuvo supuestamente en julio con el empresario Monte McCall, cuyo testimonio recoge hoy la prensa local de Idaho Falls (en el estado de Idaho), donde residía el joven.

El sospechoso, que ya ha tenido problemas con la ley en varios estados, se había mudado a Washington hace apenas unas semanas, sin informar a su familia, que lo había dado por desaparecido ante las autoridades el 31 de octubre.

Las autoridades no han especificado la nacionalidad de Ortega-Hernández, aunque sí su origen hispano, sus lazos con Idaho y una descripción física que le define como un hombre moreno, de ojos marrones, con una espesa barba y múltiples tatuajes, entre los que destaca el que reza "Israel" en el lado izquierdo de su cuello.