La matanza de Texas a manos de Salvador Ramos ha dejado 21 víctimas, entre ellas 19 niños y dos profesoras, quienes murieron en el tiroteo que ocurrió en la Robb Elementary School, en Uvalde (Texas, EEUU). Entre esas 21 víctimas está Amerie Jo Garza, de 10 años, quien intentó llamar al 911 -línea de emergencia de Estados Unidos- para avisar.
Su abuela, Berlinda Irene Arreola, ha manifestado al periódico The Daily Beast que "a mi nieta le disparó y la mató por tratar de llamar al 911. Murió como una heroína tratando de buscar ayuda para ella y sus compañeros de clase”. En ese instante la niña también fue alcanzada por una bala, muriendo junto a otras 18 personas.
La abuela de la pequeña expresó que su nieta era la mejor estudiante de su curso y se destacaba por siempre estar ayudando a sus compañeros: "Era súper extrovertida, tenía un corazón generoso, siempre estaba allí para darle una mano a cualquiera”.
Ángel Garza, padre de la Amerie, utilizó sus redes sociales para buscarla cuando aún no se sabía que había fallecido durante la masacre: “No suelo pedir mucho y casi no subo nada aquí pero, por favor, han pasado siete horas y todavía sigo sin saber nada de mi querida. Por favor, Facebook, ayúdame a encontrar a mi hija”. Dos horas después el hombro utilizó la misma red social para anunciar la muerte de su hija.
“Mi amorcito ahora vuela alto con los ángeles allá arriba. Te amo Amerie Jo. Nunca volveré a ser feliz ni completo”, publicó en Facebook Ángel Garza.
Una maestra usó su cuerpo como escudo de sus alumnos antes de morir
Amerie no fue la única heroína de la matanza de Texas. La maestra Eva Mireles usó su cuerpo como escudo para intentar defender a los niños de escasos 10 años de edad, a quienes Salvador Ramos disparó con un rifle.
Una prima de Mireles, Ambar Ybarra, la llamó heroína. “Cocinaba increíble. Su risa era contagiosa y la vamos a extrañar”, dijo Ybarra al programa Today de NBC. “Ponía su corazón en todo lo que hacía”.