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El Ministerio del Interior saudí anunció la detención de 431 personas presuntamente vinculadas a una "organización terrorista", que ha sido desarticulada y que se vinculaba con el grupo yihadista Estado Islámico.

En una rueda de prensa, el portavoz del Ministerio del Interior, general Mansur al Turki, y el jefe de las investigaciones, Bassam Al Atia, confirmaron la desarticulación de varias células terroristas que integraban esa red y su cabecilla, identificado como Hadi al Shibani.

La organización estaba dirigida desde fuera del país, a través de Al Shibani, y estaba estructurada en pequeñas células sin conexión entre sí, por razones de seguridad. La mayoría de los detenidos son de nacionalidad saudí, además de yemeníes, egipcios, sirios, jordanos, argelinos, nigerianos, chadianos y otros.

Algunos de los detenidos eran activos en la red social Twitter, en la que apoyaban los actos del EI e incitaban a la violencia contra los chiíes, y muchos no tienen antecedentes penales, pero fueron captados por el grupo yihadista, según los investigadores.

El Ministerio del Interior no reveló la identidad de todos los detenidos, pero sí publicó los nombres y fotografías de los más destacados. Los arrestados son sospechosos de estar implicados en varios ataques y explosiones, entre ellos los dos atentados contra mezquitas chiíes en la zona de Al Qatif, en el este de Arabia Saudí, en mayo y noviembre pasados.

Las autoridades calculan que 37 personas, entre civiles y policías, murieron en las operaciones llevadas a cabo hasta el momento por la organización, además de seis terroristas.

Con esta operación, las autoridades saudíes evitaron varios ataques que estaba supuestamente planeando la organización, el más importante de los cuales hubiera sido contra una mezquita perteneciente a las fuerzas antidisturbios, que puede albergar hasta 3.000 fieles en la capital Riad.

También se disponían a atentar contra sedes diplomáticas extranjeras y responsables de seguridad saudíes, según las investigaciones.

Asimismo, pretendían crear un campo de entrenamiento en el desierto de Sharura, en el sur de Arabia Saudí, en una zona próxima a la frontera con Yemen. La autoridades saudíes han aumentado la vigilancia de los seguidores del EI en el, que apoya la operación militar contra el grupo yihadista en Irak y Siria.