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Al menos seis personas han muerto en el fuerte incendio que se desató ayer en San Francisco, cerca del aeropuerto, en una zona residencial en la que han ardido ya más de medio centenar de casas, según las autoridades.

El capitán de bomberos de la ciudad, Charlie Barriner, espera que "aumente" la cifra de víctimas por la explosión y posterior incendio de una tubería de la empresa "Pacific Gas and Electric", al parecer por un escape de gas.

Blair Jones, portavoz de la empresa PG&E, dijo esta mañana a la cadena CNN de televisión que el accidente pudo deberse a una ruptura en una tubería de gas, si bien se ha iniciado una investigación para determinar las causas del suceso.

Los bomberos de la zona afectada, denominada San Bruno, y de localidades aledañas seguían batallando esta mañana con las llamas que han destruido unas 53 casas y han provocado daños a otras 120, cerca del aeropuerto de San Francisco.

Los bomberos contuvieron casi la mitad del incendio unas cuatro horas después de la explosión, pero las persistentes llamas han impedido la búsqueda de otras víctimas en el área peor afectada.

Los bomberos tampoco habían llegado, esta mañana, a la tubería de alta presión donde aparentemente se produjo el estallido.

Los hospitales locales informaron anoche de que habían sido internadas unas 30 personas a causa de las heridas sufridas en la explosión y el incendio.

Algunas de estas personas presentaban quemaduras graves y Denna Gunning, del Cuerpo de Bomberos de San Bruno, también advirtió que podría aumentar el número de víctimas fatales y de heridos.

El vicegobernador de California, Abel Maldonado, dijo hoy que parecía "como si hubiese estallado una bomba".

"Había escombros por todas partes", añadió Maldonado quien describió la explosión como "una tragedia horrible que se ha abatido sobre San Bruno".