El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, expresó hoy su tristeza por la catástrofe que causó el huracán Matthew en el sur y suroeste de Haití, al tiempo que pidió a la comunidad internacional que ayude a este país.
Ban Ki-moon, quien constató en Les Cayes la situación de calamidad que soportan miles de personas en las zonas más devastadas del país, ofreció al termino de su visita una rueda de prensa en el aeropuerto de Puerto Príncipe, acompañado del presidente interino del país caribeño, Jocelerme Privert, y de la enviada especial de las Naciones Unidas, Sandra Honoré.
"Estoy aquí para ofrecer mi solidaridad y decir al pueblo haitiano que el mundo está a su lado en este momento difícil. La comunidad internacional siempre va a estar para apoyar la reconstrucción de las zonas devastadas por el huracán", afirmó el diplomático.
Por otra parte, Ban Ki-moon repudió el ataque que sufrió un camión con ayuda humanitaria.
"Rechazamos esta actitud porque cuando suceden estas acciones los más vulnerables son los que sufren más. Solicito a toda la comunidad internacional ayudar a Haití: eso es una cuestión de vida e muerte", agregó.
El secretario general de la ONU también recordó que este organismo internacional ha pedido 119 millones de dólares de forma urgente a la comunidad de donantes y está trabajando con el Gobierno haitiano para dar respuesta a los problemas más acuciantes.
Además, apuntó que se va a crear un fondo para asistir a las víctimas del cólera y dijo que hará "todo lo que esté a mi alcance para ayudar a las víctimas".
Una de las grandes preocupaciones del Gobierno y organismos internacionales es un rebrote del cólera tras el ciclón.
Naciones Unidas calcula que necesitará unos 400 millones de dólares durante los próximos dos años para nuevas medidas contra el cólera en Haití y para ayudar a los afectados por la epidemia que comenzó en 2010, a raíz del terremoto que sacudió el país.
En una reunión esta semana con los Estados miembros, el vicesecretario general, Jan Eliasson, explicó algunos de los elementos de la nueva estrategia contra la enfermedad que la organización tiene previsto poner en marcha en el país caribeño.
Ese plan llegará después de que este verano la ONU admitiese finalmente que tuvo un papel en el inicio de la epidemia, supuestamente originada por un vertido de residuos fecales en un río por parte de miembros de la misión de la organización en el país.
Ban Ki-moon se disculpó oficialmente por ello durante la pasada Asamblea General de la ONU y dijo que presentará las nuevas acciones antes de terminar su mandato a final de año.
La epidemia de cólera que arrancó en Haití en 2010 ha afectado a centenares de miles de personas y ha causado más de 9.000 muertos, según diversos cálculos.
Por su parte, el presidente interino Privert dijo que su país está en un "estado de catástrofe" y reclamó la ayuda internacional para hacer frente a la situación.
"Tenemos muchas necesidades para reconstruir el país. Perdimos centenares de vidas y más de 350 escuelas", afirmó.
Privert agradeció la visita del secretario general de la ONU y destacó que su país está en camino hacia unas nuevas elecciones para tener un Gobierno legítimo que continúe el proceso de reconstrucción.
El paso del huracán obligó a aplazar las elecciones generales fijadas par el 9 de octubre, que se celebrarán el próximo 20 de noviembre, informó el viernes el Consejo Electoral Provisional (CEP).
El huracán causó 540 muertes, 128 desaparecidos y 175.000 desplazados, según el último balance provisión de Protección Civil.
Fuentes de organismos de socorro y autoridades locales aseguraron tres días después del paso de Matthew que los muertos sobrepasaban los 800, y la ONU advirtió el miércoles de que la cifra oficial continuará aumentando.
Matthew afectó a 2,1 millones de personas, de las que 1,4 millones, entre ellas 592.581 niños, necesitan asistencia humanitaria, precisó la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
De acuerdo con OCHA, 750.000 personas, casi la mitad de ellas niños, necesitan con urgencia ayuda humanitaria para los próximos tres meses debido al huracán, que causó daños a unas 300 escuelas y muchas otras se han convertido en albergues temporales, por lo que perderán clases más de cien mil alumnos.