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El bombardeo contra un hospital respaldado por la ONG Save the Children en el norte de Siria causó también heridas a bebés que estaban en incubadoras, según la organización, que aseguró que "no hay excusa" para estos ataques.

La ONG explicó, en un comunicado publicado en las últimas horas, que el bombardeo se produjo a las 12.00 horas GMT y afectó a la entrada del hospital materno-infantil, situado en la provincia de Idleb.

Entre los heridos figuran varios bebés, cuyas incubadoras cayeron al suelo por el ataque aéreo, y una mujer embarazada de seis meses, así como personal del centro médico.

El bombardeo acabó además con la vida de dos personas, como se recuerda la nota y ayer ya informó la ONG en su cuenta oficial de Twitter.

Cuatro horas después del ataque, perpetrado cuando en el hospital se realizaban dos operaciones, los aviones de combate seguían sobrevolando la zona.

Debido a los destrozos, el centro ha dejado de funcionar, salvo la sala de emergencias, agregó Save the Children.

El hospital, el único de este tipo en el oeste de Idleb, atiende a unas 1.300 mujeres y 300 partos al mes. El 61% de los pacientes del centro son madres y el 39 %, niños.

La directora de Save the Children en Siria, Sonia Jush, dijo que este bombardeo es "un acto vergonzoso tanto si ha sido intencionado o debido a una falta de cuidado para evitar las aéreas civiles".

"No hay excusa y por desgracia este es sólo el último de una serie de ataques contra los centros de salud en Siria. Necesitamos un inmediato alto el fuego en Siria y el fin del bombardeo atroz de las instalaciones médicas", agregó.

En la última semana, cuatro hospitales de campaña de la provincia de Alepo -tres de ellos en su capital homónima, y otros en la población de Al Atareb- han suspendido sus servicios por los bombardeos.

Amnistía Internacional (AI) lamentó ayer el ataque al centro sanitario de Idleb y afirmó que "parece que es parte del patrón despreciable de ataques ilegales y deliberados contra instalaciones medicas".