Bruselas mantiene medidas alerta y vincula a un cuarto sospechoso con París
Bélgica busca con todos los medios al terrorista huído tras los atentados de París mientras Bruselas intenta recuperar normalidad. Dificil, con el centro tomado por el ejercito, los soldados patrullando las calles despues de que ayer el primer ministro asegurara que la amenaza de atentado "es posible y probable".
La ciudad amanece semiparalizada, y sus habitantes, atenazador por el miedo. "No nos sentimos seguros, estamos esperando algo y estamos asustados" dice una joven. "Es verdaderamente deprimente, duro vivir asi"
Alrededor de la Grand Place muchos comercios siguen cerrados. De momento, el nivel máximo de alerta seguirá hasta el lunes aunque suavizará progresivamente las medidas excepcionales, después de que hoy una juez vinculara a un detenido en las últimas operaciones policiales con los ataques de París.
A partir del miércoles, se reanudará tanto la circulación del metro en la capital belga como las clases en los colegios, mientras que para el resto del país se aplicará durante toda la semana el nivel 3, correspondiente a las situaciones de riesgo "posible y probable".
Tras las espectaculares redadas llevadas a cabo en la noche del domingo y el lunes en distintos puntos de Bélgica, en las que fueron detenidas 21 personas, hoy una juez de instrucción ha acusado a una de esas personas de participar en actividades de un grupo terrorista y en un ataque terrorista, el de París, informó la Fiscalía federal.
El primer ministro belga, Charles Michel, dijo en rueda de prensa tras una reunión del Centro Nacional de Seguridad, que las circunstancias no han cambiado desde el domingo, cuando anunció que la amenaza de atentados en Bruselas era "grave e inminente".
En particular, recordó que hay posibilidad de que se produzcan ataques por parte de distintas personas contra lugares habitualmente muy concurridos, como las calles y centros comerciales o el transporte público. Sin embargo, subrayó el deseo del Gobierno belga de facilitar que la vida en Bruselas pueda "empezar a volver a la normalidad", e indicó que, con ese objetivo, las autoridades han decidido reabrir las escuelas a partir del miércoles.
Michel aseguró que "se tomarán medidas de seguridad suplementarias" para garantizar que tanto alumnos como profesores no corren riesgos, aunque no detalló si habrá un refuerzo de la Policía federal, como han pedido los responsables de los 19 distritos comunales, que exigen 288 efectivos adicionales.
Por su parte, la ministra belga de Educación, Joelle Milquet, explicó hoy las consignas que se ha pedido que apliquen las escuelas a partir de su reapertura, que incluyen la preparación de salas seguras donde poder proteger a los alumnos en caso de atentados. El cierre de guarderías, establecimientos escolares y universidades es un hecho sin precedentes en Bélgica.
A partir del miércoles se volverán a poner en funcionamiento las líneas de metro de la capital belga, que alberga también las sedes de las principales instituciones de la Unión Europea y de la OTAN, aunque probablemente de manera progresiva, indicó Michel. "Es una señal clara y fuerte de que queremos evolucionar hacia una situación normal", subrayó el primer ministro.
A lo largo del día, ciudadanos, expertos y medios de comunicación aguardaron con gran expectación la decisión de las autoridades belgas, aunque la mayoría daba por hecho el mantenimiento del nivel de alerta máxima, a la vista de que las operaciones policiales llevadas a cabo entre el domingo y el lunes no parecen haber arrojado grandes resultados.
Con el nuevo acusado de terrorismo, son cuatro los sospechosos en Bélgica contra quienes pesan cargos de participación en los atentados de la capital francesa, que causaron el 13 de noviembre 130 muertos y más de 300 heridos.
Por otra parte, de los cinco detenidos este lunes en registros en Bruselas y en Lieja, en el este de Bélgica, dos fueron puestos en libertad, mientras que los otros tres seguirán en prisión al menos 24 horas.
La policía no ha encontrado armas ni explosivos en esos registros.
En paralelo al mantenimiento de los actuales niveles de alerta, el primer ministro explicó que seguirán aplicándose medidas para la disminución de los grandes eventos que atraen a mucho público, tanto por motivos de seguridad como para liberar a efectivos de la Policía y el Ejército, que puedan destinarse a otras tareas.
Por otra parte, se reforzará la presencia de policías y militares en las calles de Bruselas y en el resto de Bélgica, y se estará "muy atento a los transportes públicos". El próximo lunes habrá una nueva evaluación del riesgo por parte del Órgano de Coordinación y Análisis de la Amenaza (Ocam), que tendrá en cuenta los nuevos elementos que se den de aquí a entonces.
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