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El presidente de Brasil, Michel Temer, afirmó que la decisión de la Cámara de Diputados de negar que sea sometido a un juicio penal por presunta corrupción es "clara e incontestable" y se comprometió a seguir trabajando por el país. "La decisión soberana del Parlamento no es una victoria personal, es una conquista del estado democrático de derecho, de la fuerza de las instituciones y la propia Constitución", declaró Temer después de la votación en la Cámara baja, que le negó a la Corte Suprema la autorización constitucional necesaria para llevarle a juicio.

La votación fue realizada este miércoles y el oficialismo obtuvo 263 votos en el pleno de ese órgano legislativo, frente a los 227 sumados por por la oposición, que precisaba una mayoría de dos tercios (342) para darle curso a la denuncia por corrupción formulada por la Fiscalía, que con esa decisión será archivada.

En un breve pronunciamiento, Temer declaró que "el poder de toda autoridad emana de la ley" y que "superar lo que se determina en la Constitución", que impone el trámite concluido hoy en la Cámara de Diputados, "viola la democracia".

Según Temer, "son los principios del derecho los que garantizan la normalidad de las relaciones personales e institucionales y esos principios vencieron con votos superiores a la mayoría absoluta de la Cámara de Diputados".

El mandatario aseguró que, superadas las turbulencias que tenían amenazado su mandato, seguirá "adelante, con las acciones necesarias para concluir el trabajo que este Gobierno comenzó", sobre todo en el plano de la recuperación de la economía del país, que desde 2015 está sumergida en una profunda recesión que empieza a superar.

Las acusaciones formuladas por la Fiscalía se fundamentan en testimonios de directivos del grupo cárnico JBS, que han confesado a la Justicia que sobornaban a Temer a cambio de "favores políticos" desde 2010 y que incluso lo hicieron una vez que asumió el poder.

Lo más comprometedor es una grabación hecha por el dueño de JBS, Joesley Batista, de una conversación que tuvo con Temer el pasado abril en la residencia oficial de la Presidencia, en la que narra maniobras ilegales que hacía en favor de su grupo ante el Gobierno y algunos jueces frente al silencio o la complacencia del mandatario.

Según la Fiscalía y la minoritaria oposición, esa audio bastaba para comprobar que Temer incurrió al menos en corrupción pasiva, y que incluso pudiera ser acusado de obstrucción a la justicia y asociación ilícita, de lo cual aún pudiera ser imputado formalmente.

Si hubiera nuevas denuncias, el Supremo debería remitir el caso otra vez a la Cámara baja, para que repita todo el proceso concluido hoy con la votación que negó la posibilidad de que el mandatario sea procesado, al menos mientras permanezca en el poder.