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El primer ministro británico, David Cameron, afirmó que no soportaría ver "destrozado" al Reino Unido si Escocia obtiene su independencia e insistió en que quedan siete meses para salvar al país de la secesión.

Cameron eligió la Villa Olímpica de Londres para lanzar una apasionada defensa de la permanencia de Escocia en el Reino Unido y pidió a Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte que envíen un mensaje claro a los habitantes de Escocia: "Queremos que se queden".

En su discurso, el jefe del Gobierno dijo que la escisión le puede costar al Reino Unido su "influencia" económica, política y diplomática en el mundo, por lo que quedan -agregó- "siete meses para salvar al país más excepcional de la historia".

Así, el primer ministro intensificó la campaña en favor de la unión de cara al referéndum sobre la independencia que se celebrará el 18 de septiembre y en el que podrán votar todas las personas que vivan en Escocia mayores de 16 años.

El jefe del Gobierno recurrió a sus raíces escocesas y a los beneficios económicos, culturales y políticos de la unión para manifestar su oposición a la independencia, que defiende el ministro principal escocés, el nacionalista Alex Salmond.

"Estoy orgulloso de mis herencia escocesa, así como lo estoy de mi herencia inglesa", dijo el conservador Cameron, cuyos antepasados proceden de Escocia y después emigraron a Inglaterra. Según afirmó, el mundo puede perder "algo muy poderoso" si "la familia de naciones" del Reino Unido se separa para siempre.

"Nuestro gran Reino Unido, valiente, genial, bucanero, generoso, tolerante, orgulloso, es nuestro país", resaltó Cameron, antes de defender que el país fue construido por todos. "Y lo construimos juntos, ladrillo a ladrillo, Escocia, Inglaterra, Gales, Irlanda del Norte (...) Este es nuestro hogar y no podría soportar ver la casa destrozada", afirmó.

Cameron apeló al espíritu olímpico del equipo británico para defender la importancia de la unión de Escocia con el Reino Unido. El ministro principal de Escocia ha fijado la fecha del 24 de marzo de 2016 para la independencia, siempre que gane el "sí" en el referéndum de septiembre.