El primer ministro británico, David Cameron, advirtió hoy de que "no habrá vuelta atrás" de un eventual voto favorable a la independencia de Escocia, una decisión irreversible que llevaría a "un divorcio muy doloroso". "Hay que ser muy claro. No hay vuelta atrás, no habrá repetición. Esta es una decisión para siempre. Si Escocia vota 'sí', el Reino Unido se dividirá y seguiremos caminos diferentes", manifestó Cameron en un mensaje apasionado contra una decisión de la que dijo que "puede acabar con el Reino Unido tal y como lo conocemos".
Cameron hizo hoy su último viaje a Escocia para apoyar el "no" a la escisión, mientras ambos bandos intensifican la campaña a solo tres días de la histórica consulta, con los sondeos otorgando máxima igualdad y alrededor de un 10 por ciento de indecisos.
En un discurso pronunciado en Aberdeen (noreste de Escocia) bajo el lema "Sigamos juntos", el líder conservador insistió hoy en que, si los escoceses votan la separación en una consulta a priori ajustada, supondrá la escisión del Reino Unido, pero que, si la rechazan, habrá una transferencia de poderes.
"El futuro de nuestro país está en juego. Esta es una decisión que puede romper nuestra familia de naciones", apuntó el jefe de Gobierno, para quien el Reino Unido solo es lo que es hoy en día gracias a la "grandeza de Escocia".
"Estamos mejor juntos", dijo el "premier", emocionado por momentos y que destacó la importancia de esta semana, que "puede cambiar al Reino Unido para siempre y que, de hecho, puede acabar con el Reino Unido como lo conocemos".
El miércoles pasado, David Cameron suspendió su comparecencia semanal ante la Cámara de los Comunes para viajar a Edimburgo, después de que un sondeo diese por primera vez la victoria del "sí" a la independencia.
El tono de su discurso de hoy en Aberdeen fue muy similar al de la semana pasada, al insistir en las ventajas financieras de conservar el Acta de Unión de 1707, por la que Escocia está unida al Reino Unido, y pedir a los escoceses que no emitan un voto de castigo contra los conservadores que gobiernan en Londres.
"El voto por el 'sí' no es un voto optimista, significa romper familias. La visión optimista es que la familia de naciones siga unida y avance junta", indicó Cameron, quien volvió a decir que se le "rompería terriblemente el corazón" si hay un voto al "sí".
Para Cameron, "el viernes la gente podría vivir en un país diferente, con un lugar distinto en el mundo y con un futuro diferente por delante".
En tanto, el ministro principal escocés, el nacionalista Alex Salmond, tiene previsto reunirse con líderes empresariales para defender que el "sí" a la independencia permitirá a Escocia conseguir un crecimiento económico.
De cara al plebiscito del jueves, el excapitán de la selección inglesa de fútbol David Beckham expresó su apoyo al "no" a la independencia y pidió a los escoceses que no abandonen un vínculo con el Reino Unido que es "la envidia de todo el mundo".
Diversas encuestas publicadas el fin de semana anticipan una victoria ajustada del "no" en el referéndum sobre la independencia y auguran que el resultado podría depender de un pequeño porcentaje de votos.
Los mayores de 16 años que viven en Escocia tendrán que contestar con un "sí" o un "no" a la pregunta de si quieren que la región sea independiente.
En los últimos días, varias entidades bancarias advirtieron de que tienen planes para trasladar sus sedes de Escocia a Londres en caso de una victoria del "sí".