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La Casa Blanca tildó hoy de "falsa" la filtración publicada por el The Washington Post que apunta a que el presidente Donald Trump reveló información secreta sobre el Estado Islámico (EI) al ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov. "El artículo es falso", apuntó en una breve comparecencia el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, el teniente general H.R. McMaster, quien aseguró que Trump no reveló "fuentes, métodos u operaciones militares" a Lavrov, pese a que el Post no habla de eso en su información.

Según el rotativo washingtoniano, lo que Trump proporcionó a Lavrov fue información relacionada con la posibilidad de que los yihadistas utilicen ordenadores portátiles para realizar algún tipo de ataque terrorista en vuelos comerciales, unas afirmaciones a las que McMaster no aludió en el desmentido. Esta información fue proporcionada por un país aliado de EE.UU. y su contenido es tan secreto que ni siquiera otros de sus socios han recibido ese tipo de datos, según las fuentes citadas en exclusiva por el Post y que también ha cotejado The New York Times.

"Yo estaba ahí, no sucedió", insistió McMaster, quien sin embargo admitió que Trump y Lavrov hablaron sobre un "abanico de amenazas comunes" incluyendo "amenazas a la aviación comercial".

También participó del encuentro entre Trump y Lavrov celebrado el pasado miércoles el secretario estadounidense de Estado, Rex Tillerson, quien, en la misma línea que McMaster, negó que se hablara sobre "fuentes, métodos u operaciones militares".

Ni McMaster ni Tillerson negaron que Trump revelase información secreta a Lavrov en sus reacciones al artículo. Según el Post, la Casa Blanca inmediatamente informó a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y a la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) para reducir el impacto de las revelaciones que podría afectar a la capacidad de Washington y sus aliados para detectar nuevas amenazas.

La reunión de Trump con los enviados rusos fue vista como un problema de imagen inoportuno al darse un día después de que el presidente de Estados Unidos despidiera al director del FBI, James Comey, quien lideraba la investigación sobre la posible coordinación de la campaña electoral de Trump con el Kremlin.