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el espeleólogo madrileño Cecilio López-Tercero, rescatado el martes tras pasar 12 días en una cavidad en Perú, confesó que "no" temió por su vida y que se encuentra "muy bien" pese a la fractura en una vértebra lumbar, pero que "durante algunos minutos" no sintió las piernas y pensó en "lo peor".

"La verdad es que hasta que no he salido no me he dado cuenta de lo que ha pasado. Yo estaba a 400 metros de profundidad, iban bajando compañeros y me informaban poco a poco, pero no me imaginaba lo que había arriba", señaló López-Tercero desde Lima a El Partido de las 12 de la Cadena COPE.

El madrileño reconoció que está "muy bien y casi como el cielo". "Me han detectado una fractura en una vértebra lumbar. No es nada grave, porque es una fractura muy limpia. Si todo va bien, este fin de semana volveré a España, porque tengo que operarme, pero no es una lesión demasiado grave", afirmó.

Sobre su incidente, el espeleólogo indicó que estaban explorando "la segunda cueva más profunda de Perú" y que cuando se iban a marchar, un bloque en el que tenía "anclada la cuerda se vino abajo". "Caí al suelo y por suerte el bloque no me cayó encima; si no, no lo hubiera contado", confesó.

"Al caerme sabía que no podría salir por mis propios medios. Durante algunos minutos no sentía las piernas y me temí lo peor, pensé que tenía afectadas las piernas. Después recuperé la movilidad en las piernas y un compañero me pudo arrastrar hasta una zona seca. Más tarde, él pudo subir a la superficie y bajar rápido con ropa para abrigarme. Si no, hubiese muerto por hipotermia en poco tiempo", prosiguió López-Tercero.

En este sentido, remarcó que era "imposible" que se hubiera accidentado solo. "La espeleología es un deporte de equipo. Hubiéramos tenido que ir tres, pero un compañero tuvo un problema y se tuvo que subir. El otro, me salvó la vida", apuntó en referencia a Gustavo Vela, "uno de los mejores espeleólogos de México". "Tuve suerte de estar con él, porque otro no podría haber subido hasta la superficie y volver tan rápido", añadió.

Sin embargo, "el problema" fue que en Perú "no hay médicos que puedan bajar hasta esa profundidad". "Estuve cuatro o cinco días en los que los compañeros se iban turnando para bajar, llevarme comida y acompañarme. Así estuvimos hasta que pudo venir el Grupo de Socorro de la Federación de Madrid, que llegó una semana más tarde", detalló.

"Yo cuando me caí, sabiendo el lugar y la profundidad, me temí que iba a ser un rescate muy largo. Si esto me ocurre en España, me hubieran sacado en un par de días, pero desde Lima es muy complicado acceder hasta la zona del accidente", resaltó el madrileño.

De todos modos, no temió por su vida "porque sabía que tarde o temprano" le rescatarían. "Cuando me bajaron ropa y comida sabía que era cuestión de tiempo, pero no era una situación muy cómoda. Con una lesión en la espalda dormía sobre el barro, con poco espacio para estirarme y con un cien por cien de humedad y muy poca temperatura", comentó el español.

El madrileño declaró que con el primer grupo de rescate tuvo "la ilusión" de que le sacaran "rápido", pero no era "fácil" y tuvieron que llegar "más grupos". "Hasta que no vino mucha gente, no me han podido sacar. De hecho, me han sacado en tramos de cien metros", puntualizó, bromeando sobre los mensajes recibidos. "'La que has liado, macho' es el que más he recibido", dijo.

En cambio, aunque no ha estado "al tanto", lamentó que, por lo que le han "contado", no haya habido "mucho apoyo" institucional. "Pero mucha gente ha viajado pagando sus billetes, pidiendo permiso en el trabajo", aclaró, subrayando que para él explorar "es como una droga". "De hecho me voy a volver a meter en cuanto me recupere", sentencia.