Los países del G7, los más ricos e industrializados del mundo, comenzaron hoy su cumbre en la localidad canadiense de La Malbaie en medio del pesimismo sobre su resultado dadas las profundas diferencias en comercio y política exterior entre Estados Unidos y sus aliados. A la reunión asisten los líderes de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido que tratarán, entre otros temas, la creciente crisis comercial y política surgida entre el presidente de EEUU, Donald Trump, y sus aliados occidentales.
La reunión se inició con la llegada oficial de presidentes y primeros ministros a Le Manoir Richelieu, el hotel de lujo situado en la localidad de La Malbaie, donde hoy y mañana se desarrollará la cumbre.
El anfitrión de la reunión, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y su esposa, Sophie Grégoire Trudeau, recibieron uno a uno a los líderes de los otros seis países en los jardines del hotel, situado a orillas del río San Lorenzo y unos 140 kilómetros al noroeste de Quebec.
Todos los líderes, excepto el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, acudieron a La Malbaie acompañados de sus cónyuges.
La cumbre se inaugura con un almuerzo de trabajo que será seguido por la tradicional foto de familia.
Aunque la agenda establecida por Canadá se centra en temas de igualdad de género, desarrollo económico más igualitario y la lucha contra la contaminación de plásticos en el océano, entre otros temas, ese programa ha saltado por los aires debido al desencuentro entre Trump y el resto de los países que integran el G7 (Francia, Reino Unido, Alemania, Italia, EEUU, Canadá y Japón) más la Unión Europea (UE).
Trump, que ha expresado su descontento por tener que viajar a Canadá, ha atacado en las últimas horas a través de Twitter las políticas comerciales de Europa y Canadá, que considera son "injustas" para Estados Unidos.
Este país desencadenó las diferencias con sus aliados cuando Trump decidió a finales de mayo imponer aranceles del 25 % y del 10 % a las importaciones de acero y aluminio, respectivamente, de esas naciones, que respondieron con medidas similares para productos estadounidenses.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha señalado que el G7 no rebajará la declaración final para acomodar la negativa de Trump a tratar asuntos como el cambio climático y el comercio, y ha sugerido que el texto final no contará con la firma de Estados Unidos.
Hoy, los representantes de la Unión Europea, los presidentes del Consejo Europeo, Donald Tusk, y de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, dejaron claro que Europa no va a ceder ante Trump, por lo que anticipan la reunión "más difícil" en años.
Por su parte, poco antes de llegar a Canadá, Trump lanzó otra andanada contra sus socios al solicitar la reincorporación de Rusia al grupo.
Moscú fue expulsada del entonces llamado G8 en 2014 tras la anexión rusa del territorio ucraniano de Crimea.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, afirmó hoy que la cumbre del G7 que se inicia en Canadá "será la más difícil en años" y acusó al mandatario estadounidense, Donald Trump, de querer "cambiar el orden internacional".
Donald Tusk rechazó frontalmente la propuesta del presidente estadounidense, y del primer ministro italiano, Giuseppe Conte, de readmitir a Rusia en el G7."Dejemos el G7 como está ahora. El siete es un número de la suerte, al menos en nuestra cultura", afirmó Tusk poco antes de iniciarse la cumbre del grupo de las siete economías más desarrolladas en Canadá.
"Es evidente que el presidente estadounidense y el resto del grupo siguen estando en desacuerdo sobre comercio, cambio climático y el acuerdo nuclear con Irán", afirmó Tusk. "Pero lo que más me preocupa es que el orden internacional basado en normas está siendo atacado. Y lo que es bastante sorprendente, no por los sospechosos habituales, sino por su principal arquitecto y garante, los Estados Unidos", continuó Tusk.