Comienza en Seúl la segunda cumbre para prevenir el terrorismo nuclear
La II Cumbre de Seguridad Nuclear comenzó hoy en Seúl con la presencia de más de 50 líderes que hasta mañana buscarán nuevos compromisos para reforzar el control del material atómico existente en el mundo y prevenir el terrorismo nuclear. Una cena de trabajo ofrecida por el presidente surcoreano y anfitrión de la cumbre, Lee Myung-bak, sirvió para dar arranque oficial a esta cita atómica, que se celebra entre un impresionante despliegue de seguridad en Seúl y ha movilizado cerca de 40.000 efectivos.
Barreras móviles, alambradas y controles se sucedían hoy en las avenidas cercanas al centro de convenciones COEX, en el sur de la ciudad y sede del que es el mayor encuentro de seguridad acogido nunca por Corea del Sur. La cumbre de Seúl toma el relevo de una primera celebrada en Washington en 2010 a instancias del presidente de EEUU, Barack Obama, uno de los presentes en la capital surcoreana junto con el jefe del Estado chino, Hu Jintao, o el presidente saliente ruso, Dimitri Medvédev.
En la reunión de Washington de 2010 los 47 países participantes se comprometieron entre otras cosas a asegurar su material nuclear en cuatro años y emprender acciones para minimizar el uso o eliminar productos peligrosos como el uranio altamente enriquecido. A medio camino de cumplirse los cuatro años, los líderes, entre ellos el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, buscarán en Seúl plasmar la voluntad política de Washington en un plan concreto.
Durante la cena inaugural, que se prolongó cerca de una hora y media, los dirigentes coincidieron en que ha habido "progresos sustanciales" desde 2010 y subrayaron la importancia de celebrar eventos como el de Seúl para crear una conciencia común de la amenaza que supone el terrorismo nuclear. Una docena de líderes y ministros, entre ellos Obama, los presidentes de Rusia y Pakistán, y los representantes de Israel y México, expusieron ante el resto los avances y situación en sus países en un ambiente "serio y sincero", informó una fuente oficial surcoreana.
A los jefes de Estado y de Gobierno y ministros de los países asistentes se suman en esta cumbre el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y los responsables del Consejo Europeo, la Comisión Europea, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y la Interpol. Todos ellos participarán mañana en las sesiones plenarias, que abordarán vías para asegurar materiales de alto riesgo como uranio enriquecido y plutonio, prevenir su tráfico ilícito, proteger las instalaciones y plantas atómicas y asegurar el manejo de productos radiactivos que podrían utilizarse en "bombas sucias".
Además, la cumbre busca dar un espaldarazo a las actividades de la OIEA vinculadas a la seguridad nuclear y potenciar la adhesión de acuerdos como la Convención Internacional de Actos de Terrorismo Nuclear y la de Protección Física de Materiales Nucleares, dos de los principales instrumentos internacionales en este terreno. El accidente en la central nuclear de Fukushima el año pasado ha llevado a que la cita ponga acento en la seguridad de las plantas atómicas y su relación con la prevención contra delitos nucleares, algo sobre lo que hablará el primer ministro japonés, Yoshihiko Noda.
El mandatario, que llega a Seúl a última hora de hoy, analizará las lecciones aprendidas de Fukushima, que sufrió el peor accidente nuclear desde el de Chernóbil, y detallará las medidas adoptadas por Japón para evitar que el material atómico caiga en manos de grupos hostiles. La II Cumbre de Seguridad Nuclear, igual que la primera, no toca la cuestión de no proliferación y por eso la agenda no incluye los programas atómicos de Corea del Norte e Irán, dos asuntos que sin embargo han estado muy presentes en encuentros bilaterales previos.
Entre los líderes con los que ha se ha reunido entre ayer y hoy el presidente surcoreano, Lee Myung-bak, han estado los de EEUU, China y Rusia, países participantes en las estancadas conversaciones a seis bandas sobre el programa nuclear norcoreano. Todos ellos han expresado su preocupación por el plan de Pyongyang de lanzar un satélite el próximo abril, que es ampliamente contemplado como una prueba encubierta para el desarrollo de misiles de largo alcance con capacidad nuclear, en contra de las resoluciones del Consejo de Seguridad.
OBAMA Y MEDVÉDEV RECONOCEN DIFERENCIAS EN LAS RELACIONES BILATERALES
El presidente de EEUU, Barack Obama, y el jefe de Estado saliente ruso, Dmitri Medvédev, reconocieron hoy diferencias y tensiones en las relaciones entre los dos países, entre ellas en torno a Siria o la defensa antimisiles, pero prometieron que continuará la colaboración. Ambos líderes se reunieron hoy por espacio de noventa minutos, más del tiempo previsto, en Seúl, donde ambos participarán en la II Cumbre sobre Seguridad Nuclear que se inaugura esta noche.
En declaraciones a la prensa tras el encuentro, Obama indicó que los dos países tienen aún "trabajo por hacer" para resolver sus diferencias. Pero subrayó, entre otras cosas, que los dos están de acuerdo en la necesidad de apoyar la propuesta del enviado especial de la ONU, Kofi Annan, para poner fin a la violencia en Siria y establecer un Gobierno "legítimo" en el país árabe. Washington se ha mostrado muy crítico con el veto ruso a un proyecto de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que hubiera impuesto sanciones adicionales al régimen de Bachar al Asad.
Acerca del programa nuclear iraní, el presidente estadounidense indicó que los dos estados apoyan las conversaciones para resolver la disputa de manera diplomática entre Irán y el grupo 5+1, los cinco países miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU -EEUU, Rusia, China, el Reino Unido y Francia- más Alemania. Se espera que la próxima reunión entre las partes tenga lugar el mes próximo en Estambul.
Ambos abordaron también el programa nuclear norcoreano, la gran sombra que pende sobre la cumbre, y la amenaza de Pyongyang de lanzar el mes próximo un satélite de observación sobre un misil de largo alcance. Los dos presidentes, según el consejero adjunto de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes, coincidieron en que el lanzamiento sería "una violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU".
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