El líder del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn, perdió hoy la moción de confianza no vinculante a la que le sometió su grupo parlamentario, ante las críticas por su tibia defensa de la Unión Europea (UE) en la campaña del referéndum en el que se impuso el "brexit".Un total de 172 diputados laboristas votaron en contra de Corbyn, que solo recibió el apoyo de 40 de sus compañeros y que hasta ahora ha rehusado dejar su cargo, a pesar de la presión que ha sufrido en los últimos días.
Desde el domingo, cerca de 40 miembros de su equipo han renunciado a su puesto para tratar de forzar su marcha, después de apenas diez meses al frente de la formación, la primera de la oposición en el Reino Unido.
Las parlamentarias Margaret Hodge y Ann Coffey presentaron la moción de confianza contra su líder el pasado viernes, horas después de conocer el resultado de la consulta, en la que el 51,9 % de los votantes británicos optaron por romper los vínculos con Bruselas. "El referéndum europeo era una prueba a su liderazgo y creo que Jeremy suspendió ese examen. Fue demasiado lento, poco entusiasta en la campaña y los votantes laboristas, simplemente, no entendieron el mensaje", argumentó Hodge.
La laborista Diane Abbott, nombrada portavoz de Sanidad laborista tras la cascada de dimisiones en el equipo de Corbyn, defendió poco antes de la moción de confianza que la votación de hoy "no tiene significado". "Los parlamentarios no son quienes eligen al líder laborista, lo hace el partido. Creo que es muy triste que los compañeros hayan elegido representar este circo. No quieren que haya unas elecciones al liderazgo porque no están seguros de si las ganarían", afirmó.
CORBYN RECHAZA DIMITIR Y LO CONSIDERA UNA VOTACIÓN "SIN LEGITIMIDAD"
El líder del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn, rechazó hoy dimitir tras perder una moción de confianza en la que 172 diputados laboristas se posicionaron en su contra ya que es una votación que a sus ojos carece de "legitimidad". "Fui elegido democráticamente como líder de mi partido para desarrollar una nueva clase de política por el 60% de los miembros y simpatizantes del Partido Laborista, y no les traicionaré dimitiendo", afirmó en un comunicado.
"Somos un partido democrático, con una constitución clara. Nuestra gente necesita que los miembros del Partido Laborista, los sindicalistas y los diputados estén unidos alrededor de mi liderazgo en un momento crítico para el país como este", argumentó.
"El Gobierno está sumido en la confusión. Los responsables públicos han dejado claro que no tienen un plan de salida (de la UE), pero están determinados a hacer que la clase trabajadora lo pague con una nueva ronda de recortes y subidas de impuestos", indicó. Para Corbyn, el Partido Laborista tiene la responsabilidad de "unir a la gente, pedir responsabilidades al Gobierno, oponerse a la austeridad y marcar un camino de salida que proteja los empleos y los ingresos" de los trabajadores.
Ayer lunes, ante cientos de simpatizantes laboristas que se reunieron a las puertas de Westminster, Corbyn subrayó que no tenía intención de dimitir y que volverá a presentarse en caso de que se convoquen unos nuevos comicios internos.
El político izquierdista alcanzó la dirección del partido en septiembre con el apoyo de las bases y los sindicatos, aunque nunca ha contado con la aprobación de gran parte de la cúpula de la formación.
John McDonnell, portavoz económico del partido y uno de los aliados más antiguos de Corbyn, afirmó hoy que el actual líder "no se va a ir a ninguna parte" y acusó a sus críticos de tratar de "subvertir la democracia".