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Crisis diplomática sin precedentes entre Holanda y Turquía. El Gobierno turco pretendía que el ministro de Exteriores diera un mítin ante la importante comunidad turca holandesa, 397.000 inmigrantes. El objetivo, apoyar el referéndum constitucional que pretende aumentar los poderes del presidente Erdogan.

Al ministro de Exteriores no se le dejó aterrizar, y la ministra de Familia, que viajó desde Alemania para sustituirle, fue retenida en Roterdam.

De inmediato, Erdogan reaccionó calificando al gobierno holandés de nazi y fascista, llamando a consultas al embajador holandés. Así, el Ministerio de Asuntos Exteriores turco ha anunciado el cierre de la Embajada holandesa en Ankara y del Consulado holandés en Estambul así como las residencias del cónsul general y del encargado de negocios por motivos de seguridad.

Además, el Gobierno truco ha pedido al embajador holandés que prorrogue su ausencia y no regrese al país "durante un tiempo".ç

Esta mañana, además, el ministro de Asuntos Europeos de Turquía, Ömer Çelik, insistió en que la actuación de las autoridades holandeses, que impidieron la víspera que dos ministros turcos participaran en un mitin político en Rotterdam, es "exactamente fascismo".

"El fascismo ha despertado en Holanda y ha tomado el escenario. Todos los demócratas verdaderos del mundo deben reaccionar a esto para un mundo libre", escribió Çelik en su cuenta de Twitter.

Al tiempo, miles de turcos se manifestaban tanto en Roterdam como ante la embajada holandesa en Estambul, concentraciones que se han repetido esta mañana, en que la ciudad portuaria, en el sur de Holanda, amaneció con relativa tranquilidad y visibles daños materiales en las calles, tras los disturbios registrados esta madrugada entre la policía y los manifestantes turcos cerca del consulado de Turquía.

La policía, que utilizó cañones de agua para dispersar a los manifestantes, aseguró hoy en una nota que al menos 12 personas fueron detenidas por "violencia pública" y por "desobedecer a las autoridades" durante la protesta. Asimismo, añadió que un agente resultó herido.

ELECCIONES HOLANDA

Todo esto tres días antes de las elecciones generales en Holanda. Será la primera prueba para medir la fuerza del populismo en Europa, a la que seguirán los comicios de Francia y Alemania.

La crisis diplomática beneficia sin duda a quien ya parte como favorito en las encuestas, el ultra derechista Geert Wilders, un islamófobo partidario de prohibir el Corán y cerrar las mezquitas.

"Los turcos con doble nacional, dice Wilders, deberían probar que son leales a Holanda y rechazar los comentarios de Erdogan. Los que están de acuerdo con él, que se vayan y no vuelvan"

A Wilders le beneficia el temor de parte de la población, convencida de que su estilo de vida está amenazado por el Islam, religión que profesa un 6% de la población residente en Holanda.

En todo caso, con 28 partidos presentándose en las elecciones, la gobernabilidad pasa por una coalición. Para derrotar a Wilders, podrían formarla el actual partido en el Gobierno y el partido socialista.