Cristina Fernández se despide de la Presidencia con un baño de masas
Cristina Fernández le dijo hoy adiós a ocho años como presidenta de Argentina y doce de kirchnerismo en el poder, en un emotivo acto a las puertas de la Casa Rosada, ante decenas de miles de militantes congregados en la Plaza de Mayo que siguieron su último y emotivo discurso.
"Gracias por tanta felicidad, gracias por tanta alegría, por tanto amor... los quiero, los llevo en mi corazón y siempre voy a estar junto a ustedes", exclamó Fernández, con voz quebrada, sobre un escenario envuelto con la bandera argentina, de cara a una plaza colmada de agrupaciones kirchneristas que se dieron cita para despedirla.
De blanco impecable, con la Casa Rosada a sus espaldas, la mandataria saliente aseguró que "después de doce años y medio" del proyecto político iniciado con la llegada de su esposo y antecesor, Néstor Kirchner, al poder, puede "mirar a los ojos de todos los argentinos".
"Solo pido que quienes nos sucedan, por imperio de la voluntad popular, dentro de cuatro años, en una plaza como ésta, puedan también mirarlos a los ojos", dijo Fernández.
Fiel a su estilo hasta el último minuto, no esquivó en su discurso el conflictivo modo con que concluye su gobierno e iniciará este jueves el del hasta ahora opositor Mauricio Macri.
"A las doce me convierto en calabaza", ironizó Fernández, tras criticar a la Justicia, que hoy, ante una petición de medida cautelar presentado por el frente Cambiemos, que lidera Macri, determinó que su mandato concluye al filo de la medianoche de este miércoles, y no el jueves, cuando Macri preste juramento en el Congreso.
La medida judicial habilita al presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, integrante de Cambiemos, a ejercer temporalmente la Presidencia de Argentina hasta que Macri jure en el Congreso este jueves, en horas del mediodía.
"La verdad que he visto muchas medidas cautelares. Pero en mi vida pensé que iba a haber un presidente cautelar durante doce horas en mi país", dijo Fernández, quien aseguró que le "dolió" y le "costó mucho" ver "un presidente en una sentencia judicial al que nadie había votado".
Cambiemos acudió a la Justicia tras varios días de insólita puja entre Fernández y Macri por el sitio donde debían entregarse el bastón de mando y la banda presidencial.
"Me hubiera gustado poder entregar los atributos del mando ante la Asamblea Legislativa, máximo órgano popular y federal de nuestro país", dijo Fernández.
Macri recibirá finalmente los atributos en la Casa Rosada, como lo reclamaba, de manos de Pinedo.
En su discurso, que duró unos 45 minutos, Fernández sostuvo que "violentar la Constitución y poner presidentes por resolución judicial no es una cuestión banal" y señaló que mientras se discute por el bastón, "nos siguen pasando elefantes por detrás" y "comienzan los problemas", como los aumentos de precios.
Pidió a sus seguidores tener una "actitud positiva" para ayudar a que los "avances" obtenidos por su Gobierno "no puedan ser destruidas".
Aclamada con cantos y saludada con banderas, Fernández cerró su acto con un abrazo de su hijo, Máximo Kirchner, y bailando, con fuegos artificiales a sus espaldas ante una plaza abarrotada por decenas de miles de simpatizantes portando banderas y pancartas.
Poco antes, dentro de la Casa de Gobierno, había inaugurado, junto al presidente boliviano, Evo Morales, un busto de Néstor Kirchner (2003-2007).
Allí aprovechó para agradecer a sus ministros y para lanzar advertencias sobre supuestos "intentos" en distintos países de Suramérica para "cambiar" los "derechos conquistados" en los últimos años.
"Pido que Dios ilumine a quienes van a tener la responsabilidad de gobernar el país, que cuiden a la Argentina, porque no hay lugar seguro en el mundo y tenemos que tener la claridad y la inteligencia de saber que tenemos que poner los intereses del país por sobre todo alineamiento de afuera", sostuvo.
Sobre su futuro a partir de esta medianoche, dio indicios claros: seguirá en la política.
"La tarea sigue. El lugar natural de un militante no tiene que ser el gobierno, el lugar natural de un militante siempre es junto al pueblo, a la gente. Creo que el trabajo sigue con más fuerza que nunca", dijo.
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