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Después de días de desencuentros y muestras de desconfianza ante la entrada del convoy humanitario enviado por Rusia a territorio ucraniano, Moscú y Kiev han alcanzado un acuerdo para avanzar en las negociaciones sobre la entrada de la ayuda al este del país, según Cruz Roja, organismo encargado de asumir la distribución de la carga.

"Los dos gobiernos se han puesto de acuerdo sobre la manera de proceder a la inspección del convoy", ha declarado a la prensa Pascal Cuttat, responsable del Comité Internacional de la Cruz Roja en Rusia. Ucrania debe ahora autorizar su acceso. La Cruz Roja sólo asumirá la responsabilidad bajo todas las "garantías de seguridad".

Ucrania, Rusia y la Cruz Roja habían entablado hasta ahora un diálogo de sordos a tres bandas que tenía retenido más de 2.000 toneladas de ayuda humanitaria rusa en el paso fronterizo con Donetsk, en el lado ruso, sin que pudiera avanzar a Ucrania.

"La Cruz Roja se hará cargo de la ayuda humanitaria (rusa)", anunciaba el presidente ucraniano, Petró Poroshenko, pero los miembros de su Gobierno, que deben revisar y certificar la carga de los 262 camiones rusos, se negaban a hacerlo antes de que la organización internacional asumiera su jurisdicción, lo que ahora sí parece posible.

Rusia ha exigido un alto el fuego en la zona de crisis en el este de Ucrania que permita el reparto de la ayuda de su controvertido convoy humanitario, informó el Ministerio de Exteriores de Moscú.

La seguridad de la misión de la Cruz Roja debe garantizarse de forma inmediata, señaló.