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Cuba y EEUU celebrarán hoy en La Habana su primera reunión oficial sobre el restablecimiento de relaciones diplomáticas, para definir la ruta de este proceso que incluye la apertura de embajadas en La Habana y Washington.

Estas negociaciones estarán lideradas por la directora para EEUU del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, Josefina Vidal; y la secretaria de Estado adjunta para Latinoamérica, Roberta Jacobson, que es la funcionaria estadounidense de mayor nivel que visita la isla en décadas.

En esta discusión Estados Unidos quiere tratar las cuestiones "técnicas y logísticas" para la reapertura de legaciones, como la eliminación de los límites al personal diplomático estadounidense, las restricciones al movimiento de miembros de la misión y las dificultades para recibir envíos del exterior, según adelantaron fuentes del Departamento de Estado.

Por su parte, Cuba defiende que el restablecimiento de relaciones debe basarse en los principios del derecho internacional y recuerda que éste conlleva el respeto recíproco al sistema político y económico de cada uno de los países y evitar cualquier tipo de injerencia en asuntos internos.

Es previsible que la isla también reclame que Estados Unidos la excluya de su lista de países patrocinadores del terrorismo, donde figura desde 1982, como uno de los pasos para restablecer relaciones.

En el discurso sobre el restablecimiento de relaciones del 17 de diciembre, Obama anunció que ha pedido a su secretario de Estado, John Kerry, que revise la inclusión de Cuba en ese listado.

"Resulta un contrasentido que restablezcamos relaciones mientras Cuba continúe injustamente en la lista de países patrocinadores del terrorismo internacional", dijo esta semana una fuente diplomática cubana en declaraciones recogidas en la prensa oficial.

Cuba y EEUU mantuvieron el miércoles un encuentro enmarcado dentro de las rondas del diálogo migratorio que sostienen desde hace varios años con el objetivo de lograr una emigración "legal, segura y ordenada".

Esa reunión se desarrolló en un "clima de respeto" y "diálogo constructivo", según afirmaron desde ambas partes, pero salieron a relucir viejas discrepancias que los dos países mantienen desde hace años sobre las políticas migratorias que Estados Unidos aplica a Cuba.

La Habana reiteró su demanda para derogar la Ley de Ajuste Cubano, vigente desde 1966, que privilegia a los cubanos que llegan a Estados Unidos al otorgarles la residencia un año después; así como su política de "pies secos/pies mojados", que permite quedarse legalmente en el país a los que llegan a tierra mientras que los cubanos interceptados en el mar son devueltos a la isla.

Según Josefina Vidal, esa ley confiere a los cubanos un "trato preferencial, exclusivo y único" a la hora de regular su situación en Estados Unidos y es el "principal incentivo para la emigración ilegal, el tráfico de personas y el fraude de documentos".

Sin embargo, el subsecretario adjunto para Latinoamérica de EEUU, Alex Lee, que encabezó ayer las conversaciones, señaló que su país va a mantener de momento esa política migratoria.