| Cierre de cines en Cuba
(Actualizado

Los cubanos podrán comprar automóviles nuevos y usados en concesionarios estatales sin la restrictiva "carta de autorización" que otorgaban las autoridades y que se suprimirá con la decisión del Gobierno de Raúl Castro de flexibilizar la venta minorista de vehículos.

La medida, aprobada por el Consejo de Ministros el miércoles y dada a conocer hoy por la prensa oficial, es un paso más en las reformas de Raúl Castro para "actualizar" la economía socialista y acabar con algunas restricciones y prohibiciones vigentes durante décadas.

De esta forma, se liberaliza la venta minorista, entre otros vehículos, de motos, autos, camionetas y microbuses nuevos y de segunda mano "para las personas naturales cubanas y extranjeras residentes en el país, así como para las personas jurídicas extranjeras y el cuerpo diplomático", informó el diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba (PCC, único).

Cuba ya autorizó en 2011 la compraventa de coches entre particulares, pero mantenía la necesidad de esa preciada "carta de autorización" para la adquisición de vehículos al Estado.

Se trata de un documento otorgado principalmente a funcionarios y profesionales de la cultura, el deporte o la salud que puedan justificar con sus ingresos la compra de un vehículo.

Ahora el Gobierno del general Castro reconoce que ese mecanismo es "inadecuado y obsoleto", ha generado "inconformidad e insatisfacción" e incluso se ha convertido en "fuente de especulación y enriquecimiento".

De hecho, un 30 por ciento de los vehículos que se compraron en 2012 en comercializadoras estatales cambió de propietario poco después, es decir, se revendió y a precios muy superiores.

Incluso se generó una especie de "mercado negro" de venta de esas cartas como se puede comprobar en Revolico, la web de anuncios clasificados más popular en la isla, donde hoy mismo se pueden encontrar "ofertas" como la siguiente: "Vendo carta lista para comprar autos de alta gama".

La venta liberada de automóviles se irá aplicando de forma gradual y paulatina y tendrán prioridad aquellos que tienen concedidas cartas de autorización, pero aún no han podido comprar sus vehículos.

A la espera de que se publique la normativa específica, la medida ha comenzado a suscitar todo tipo de reacciones entre la población, aunque el principal interrogante es cuánto costarán los vehículos.

De momento solo se sabe que se establecerán "precios minoristas semejantes a los que reconoce el mercado entre particulares", un mercado profundamente distorsionado y con costes disparados.