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El régimen de Damasco intensificó la represión en varios puntos de Siria, donde hoy murieron al menos 121 personas, según los opositores, a tres días de que expire el plazo dado por la ONU para que el Gobierno sirio aplique su plan de paz.

Con las víctimas de hoy suman ya más de 150 los muertos por la violencia en los dos últimos días en territorio sirio, pese a que allí se encuentra un equipo de observadores de la ONU para estudiar con las autoridades el futuro despliegue de una misión militar de supervisión y seguimiento del plan de paz, aceptado por Damasco.

Un portavoz de los Comités, Emad Hosari, miembro del Consejo Nacional Sirio, la principal agrupación de la oposición, dijo a Efe que las fuerzas gubernamentales cometieron una "masacre" en la localidad de Latmaneh, situada en la provincia central de Hama.

Hosari detalló que Latmaneh fue objetivo de un "fuerte bombardeo de la artillería" del régimen, que ocasionó el derrumbe de varias viviendas con sus residentes dentro.

Poco después, grupos de "shabiha" (matones) irrumpieron en el municipio, indicó el portavoz.

También hubo víctimas en el bastión opositor de Homs, donde, según Hosari, los efectivos de régimen ejecutaron otra "matanza" en el barrio de Dir Baalbe; además de Alepo (norte), Idleb (norte), Deraa (sur) y Duma, en la periferia de Damasco.

En la provincia de Homs, pereció, además, un joven periodista ciudadano, Anas Helwani, de 17 años, por los disparos de un francotirador en el municipio de Yuret Sheij, denunciaron los Comités.

Helwani fue atacado cuando fue a buscar ayuda para otro activista, identificado como Beebars Talawi, que había sido abatido por un francotirador.

El joven yació durante seis horas malherido en la calle sin que nadie pudiera asistirle por el peligro de ser disparado hasta que algunos hombres pudieron rescatarlo utilizando una barra de metal.

Sin embargo, al final el menor falleció por las heridas.

Mientras, la ciudad de Rastan, en Homs, fue escenario hoy de choques entre las fuerzas armadas y el opositor Ejército Libre Sirio (ELS), dijo a Efe su "número dos", Malek Kurdi, desde Turquía.

Kurdi explicó que sus hombres consiguieron repeler los intentos del ejército del régimen de irrumpir en Al Rastan, atacada con artillería.

El lugarteniente del ELS consideró que "esto se da en el marco de la gran campaña desarrollada actualmente por el régimen para ganar tiempo y definir la situación antes del 10 de abril".

Esa fecha es el plazo dado por el enviado especial de la ONU y de la Liga Árabe, Kofi Annan, a Damasco para que cumpla su compromiso de aplicar el plan de paz, que busca una salida a la crisis.

Además del 10 de abril, Annan, con el respaldo del Consejo de Seguridad, ha dado un ultimátum hasta las 05.00 GMT del 12 de abril para que se ponga fin a las hostilidades en Siria.

La propuesta de Annan exige a todas las partes el inmediato fin de la violencia y de las violaciones de los derechos humanos, así como asegurar el acceso de personal humanitario al país, facilitar la transición política hacia la democracia, iniciar un diálogo político y permitir el acceso de la prensa, entre otros.

Kurdi afirmó que el régimen sirio considera que hasta el próximo 10 de abril "es legítimo seguir asesinando al pueblo sirio".

"Nosotros creemos que la ONU le ha concedido a Damasco una nueva oportunidad para matar más personas", indicó el cabecilla del ELS, que aseguró que el régimen no dejará de cometer crímenes "porque es de naturaleza criminal".

De la misma opinión es Hosari, para quien las autoridades "están corriendo contra el tiempo antes de que expire el plazo otorgado por la ONU para que cese la represión, el próximo día 10. En los próximos días las fuerzas del Gobierno incrementarán las masacres de civiles".

Entretanto, medios de comunicación oficiales sirios señalaron que miles de partidarios del régimen se manifestaron hoy en las plazas de ciudades como Damasco, Idleb y Deraa para conmemorar el 65 aniversario de la creación del partido gobernante Baaz, del presidente Al Asad.

La televisión siria mostró imágenes de miles de personas en el centro de Damasco con banderas nacionales en un ambiente festivo, donde se difundían canciones patrióticas desde altavoces.

Según datos de la ONU, desde el inicio de las protestas en Siria a mediados de marzo de 2011, más de 9.000 personas han muerto, mientras que más de 200.000 se han desplazado a otras zonas dentro del país y 30.000 se han refugiado en el extranjero.