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Decenas de miles de personas se reunieron hoy frente al monumento a Abraham Lincoln en la capital de Estados Unidos para recordar e invocar el sueño de Martin Luther King en vísperas del 50 aniversario de su histórico discurso "I have a dream" (Yo tengo un sueño). Los miles de asistentes, congregados desde temprana hora de la mañana bajo un sol resplandeciente, evocaron los logros conseguidos desde aquel punto de inflexión en la historia de los derechos civiles de EE.UU., pero también invocaron las palabras del activista para poder terminar lo que consideran un "sueño inacabado".

MARTIN LUTHER KING III

El hijo del Nobel de la Paz y continuador de los pasos de su padre, instó a "no dar ni un paso atrás" en la búsqueda de derechos, y recordó que el sueño que Luther King dijo tener hace medio siglo aún no ha terminado de cumplirse. "Estoy aquí en este lugar sagrado sobre las huellas de mi padre, conmovido por la intensa historia, pero más que eso me gusta saber que ustedes continúen sintiendo su presencia, que continúen escuchando su voz por el deseo (de conseguir su sueño) (...) Pero este no es tiempo para la conmemoración nostálgica, (...) es tiempo para continuar la tarea", dijo.

Luther King III recordó las "lágrimas de los padres" del joven negro de 17 años Trayvon Martin, muerto en 2012 por disparos de un vigilante voluntario, George Zimmerman, quien recientemente fue encontrado no culpable de la muerte del adolescente por un jurado federal, desatando la polémica en el país. "El color de la piel continúa siendo una licencia para arrestar, detener o incluso asesinar a alguien", denunció el activista al aludir a una de las proclamas más repetidas en las pancartas que portaban los asistentes a la marcha de hoy, pidiendo justicia por el caso de Martin.

Junto a Martin Luther King III también se dirigieron a la multitud otros símbolos de la defensa de los derechos civiles en EEUU como el congresista John Lewis, el único orador vivo de la marcha de hace 50 años; o Myrlie Evers-Williams, viuda del activista Medgar Evers, fallecido apenas dos meses antes de aquel agosto de 1963. "No podemos renunciar. No podemos abandonar. No podemos ceder", dijo el legislador demócrata mientras era vitoreado por los asistentes, de abrumadora mayoría negra. "Tenemos que salir y empujar y tirar", dijo con energía el congresista al celebrar el medio siglo de aquel histórico día, aunque reconoció que los episodios de brutalidad por la defensa de los derechos ya han quedado atrás.

El secretario de Justicia de Estados Unidos, Eric Holder, también quiso formar parte del homenaje, y llamó a extender el sueño de King a mujeres, latinos y homosexuales, así como a otras minorías, a quienes aún la justicia no ampara de manera igualitaria. "Al reunirnos hoy, 50 años después, su marcha, ya nuestra marcha, continúa. Y nuestro enfoque se ha ampliado para incluir la causa de las mujeres, de los latinos, de las personas de origen asiático, de las lesbianas, los gais, las personas con discapacidad, y de muchos otros en este país que todavía anhelan la igualdad, la oportunidad y trato justo", subrayó Holder.

"Esta mañana confirmamos que esta lucha debe seguir adelante en la causa de una búsqueda de la justicia hasta que todos los estadounidenses tengan la oportunidad de ejercer su derecho al voto sin el estorbo de los procedimientos discriminatorios", dijo el secretario de Justicia.

Además del recuerdo de Trayvon Martin, los asistentes a la marcha expresaron unánimemente su rechazo a la resolución del Tribunal Supremo que en junio invalidó una parte clave de la ley federal de 1965 que protege el derecho al voto de las minorías raciales. "Levantaos. Exigid que vuestro derecho al voto sea respetado" o "Quiero que mi voz se siga escuchando" sobre la imagen de un puño negro cerrado fueron algunos de los carteles que podían leerse junto a otros con el rostro del propio King, o del presidente Barack Obama, el primer mandatario negro en la historia de EEUU.

Obama, que no acudió a los actos de celebración, sí lo hará la fecha exacta de la efeméride, este miércoles 28 de agosto, momento en el que ofrecerá un discurso desde el mismo lugar en el que King confesó su sueño al mundo.

OBAMA ULTIMA DISCURSO EN HOMENAJE A KING PERO ADVIERTE QUE NO SERÁ TAN BUENO

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ultimaba ayer los detalles de su discurso de este miércoles en conmemoración del histórico "I have a dream", aunque ha advertido de que el de mañana "no será tan bueno" como el ofrecido por Martin Luther King hace 50 años. "Permítanme decir, para que conste, que no va a ser tan bueno como el discurso de hace 50 años", dijo Obama en una entrevista emitida hoy para el programa radiofónico Tom Joyner Show, en la que el mandatario agregó que todavía está trabajando en el texto.

"Todo lo que puedo hacer en una ocasión como esta es celebrar los logros de todas aquellas personas que se apoyaron en sus hombros y luego recordar a la gente que aún hay trabajo por hacer para que nosotros lo hagamos, no solo honrando su discurso", insistió el presidente.

Obama no quiso comparar su discurso de este miércoles con el de Luther King (1929-1968), el cual, dijo, "se apoderó de las esperanzas y los sueños de toda una generación". "Sólo quiero que pase pronto. Porque cuando se habla del discurso del Dr. King en la marcha sobre Washington, se está hablando de uno de los quizás cinco grandes discursos de la historia de Estados Unidos", aseguró el mandatario.

"I have a dream" ("Tengo un sueño"), la histórica declaración que King pronunció en la "Marcha en Washington" en agosto de 1963, fue el empujón que hacía falta para materializar un cambio demandado durante meses en el país en materia de derechos civiles.