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El ex dictador haitiano Jean Claude Duvalier, convertido en el centro de atención en su país tras regresar de un exilio de 25 años, recibió a antiguos colaboradores antes de abandonar el hotel en el que permaneció desde su llegada el domingo pasado desde Francia.

Duvalier, de 59 años, quien fue interrogado el martes por las autoridades de justicia locales y, según diversas fuentes, acusado de desvío de capitales durante su Gobierno (1971-1984), continuó hoy sin ofrecer declaraciones públicas.

Su esposa, Veronique Roy, saludó a simpatizantes de su marido a las afueras de su hotel en Juvenat, este de Puerto Príncipe, mientras dentro Duvalier recibía a varios de sus ex colaboradores, según constató Efe.

Entre quienes se entrevistaron con el ex dictador figuraron miembros de la temible milicia conocida como los "Tontons Macoutes", guardia personal de Duvalier y creada por su padre, Francois Duvalier, de quien heredó el poder con apenas 19 años.

Los encuentros se produjeron un día después de que Duvalier "Baby Doc" desmintiera que albergue la intención de participar en el proceso electoral haitiano, aunque se recuerda que el día de su llegada expresó que lo hacía para "ayudar" a la empobrecida nación.

En sólo cuatro días, la presencia en Puerto Príncipe de "Baby Doc" ha relegado a un segundo plano la crisis postelectoral del país, así como la mortífera epidemia del cólera, que se ha cobrado casi 4.000 muertes.

Además de las supuestas acusaciones de desfalco, enfrenta querellas por crímenes de lesa humanidad presentadas por cuatro haitianos víctimas de su régimen, así como la solicitud de un juicio en su contra de un organismo de apoyo a refugiados, que le acusa de "vender" a haitianos para trabajar como braceros en la industria de la caña de la fronteriza República Dominicana.

El Grupo de Apoyo a Refugiados y Repatriados (GARR) recordó que "el primer escándalo registrado después de la caída de Jean Claude Duvalier en 1986 fue la reclamación por la República Dominicana de dos millones de dólares pagados a funcionarios haitianos para la contratación de braceros" unos días antes del final de su régimen.

En lo que presagia un vendaval de sometimientos ante la justicia, el experto de Amnistía Internacional (AI) sobre Haití Gerardo Ducos detallará mañana, en conferencia de prensa, las acusaciones de ese organismo contra Duvalier.

Sin embargo, en el campo político su presencia continúa generando opiniones y repercusiones, a favor y en contra, tanto a nivel local como internacional.

El candidato presidencial haitiano Michel Martelly no mostró su oposición al regreso de Duvalier, al considerar que es un "ciudadano haitiano" con el que trataría los temas del país, al igual que lo haría con otros políticos y dirigentes locales.

Mientras, el ex presidente de Haití Jean-Bertrand Aristide expresó ayer desde Sudáfrica su deseo de regresar a su país para "ayudar en el campo de la educación", además de alegar problemas de salud.

A este deseo de Aristide, el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Philip Crowley, respondió que "Haití necesita concentrarse en su futuro, no en su pasado".

En otra reacción, el Gobierno de EEUU recomendó hoy a sus ciudadanos que no viajen al país caribeño por diversos motivos, entre los que mencionó la delincuencia, el brote de cólera, los disturbios frecuentes y violentos en Puerto Príncipe y la limitada protección policial.

"Baby Doc" Duvalier gobernó Haití de 1971 a 1986 como sucesor de su padre, Francois Duvalier, quien lo había hecho desde 1957.

Los Duvalier lideraron un régimen al que se considera responsable de numerosos crímenes y del desvío de sumas millonarias pertenecientes a los fondos del Estado.

En 1987, Jean Claude Duvalier fue juzgado ante un tribunal por una demanda civil ante el presunto desvío en beneficio propio de 120 millones de dólares de fondos del Estado, y en 1991 se presentó otra demanda por el supuesto robo de 800 millones que al parecer tenía en distintos bancos de Estados Unidos, Suiza y Francia.