(Actualizado

Dos "bombarderos furtivos" B-2 Spirit capaces de descargar bombas convencionales y nucleares participarán en las maniobras que Seúl y Washington realizan estos días en Corea del Sur, informó hoy el mando estadounidense en el país asiático.

Estados Unidos envió hoy los bombarderos desde su base de Whiteman, en el estado de Missouri, a Corea del Sur "para una misión de larga duración" y "como parte del ejercicio de entrenamiento en curso Foal Eagle", indicó el comando en un comunicado.

El anuncio llega en un ambiente de elevada tensión en la península coreana por las graves amenazas -entre ellas la de un "ataque nuclear preventivo"- que el régimen de Corea del Norte ha dirigido prácticamente a diario a los aliados durante las últimas tres semanas.

Las dos unidades de B-2 Spirit, espectaculares bombarderos estratégicos de estructura triangular con tecnología furtiva para penetrar defensas antiaéreas, lanzarán bombas inertes en el rango de entrenamiento marcado sobre la isla de Jikdo, al oeste de Corea del Sur.

El envío de las aeronaves "demuestra el compromiso y la capacidad de EEUU para defender a la República de Corea (nombre oficial de Corea del Sur) y proporcionar disuasión extendida a nuestros aliados en Asia-Pacífico", puntualizó el Comando.

Fabricado en EEUU en los 80 y 90 por Northrop Corporation y también conocido como "bombardero furtivo", el B-2 Spirit es uno de los aviones de guerra más caros del mundo, con un coste medio de adquisición cercano a los 1.000 millones de dólares por unidad.

Se ha utilizado recientemente en Irak, Afganistán o Siria y es uno de los aviones más destructivos fabricados hasta la fecha, capaz de lanzar hasta 23.000 kilos en bombas, tanto convencionales como nucleares, sin ser detectado por la mayoría de sistemas antiaéreos.

EEUU ya desplegó en Corea del Sur las pasadas semanas submarinos y bombarderos B-52 (ambos con capacidad nuclear), una acción condenada duramente por Corea del Norte en el marco de su campaña de amenazas.

Mediante el ejercicio Key Resolve, que comenzó el pasado 1 de marzo y se prolongará hasta el 30 de abril, Corea del Sur y EEUU pretenden coordinar sus posturas de defensa, así como acciones de respuesta ante un hipotético ataque de Corea del Norte.

EEUU mantiene 28.500 efectivos en Corea del Sur y se compromete a defender a su aliado desde la Guerra de Corea (1950-53).