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El estado norteamericano de Arizona ejecutó este miércoles al preso Jeremy Landrigan, sólo horas después de que el Tribunal Supremo de EEUU levantase la suspensión decretada por una jueza federal, informaron medios locales.

Landrigan, condenado por un asesinato cometido en 1989, recibió una inyección letal a las 22.26 hora local (05.26 GMT) en la prisión de Florence, en la primera ejecución que se lleva a cabo en Arizona desde 2007, reveló la cadena de televisión local KVOA en su web.

La ejecución tuvo lugar después de que el Supremo decidiese levantar, por cinco votos a favor y cuatro en contra, la orden de suspensión de la jueza federal Roslyn Silver.

La jueza detuvo la ejecución el pasado lunes después de que la defensa planteara dudas sobre la efectividad de las drogas que se iban a usar en la muerte del reo, que procedían de un fabricante no identificado.

Según los medios, el estado de Arizona ayer reveló la procedencia de las drogas, suministradas desde el Reino Unido, lo que puede haber influido en la decisión final del Supremo.

Los abogados de Landrigan habían alegado que el reo se asfixiaría de forma dolorosa si el tiopentato de sodio no le dejara inconsciente antes de la administración de otros compuestos que paralizan los músculos y detienen el corazón.

En Estados Unidos hay una escasez del tiopentato de sodio, un agente anestésico que los veterinarios usan habitualmente para dar muerte a animales domésticos.

El compuesto es uno de los tres que se utilizan en los 36 estados de EEUU donde se aplica la pena de muerte para la ejecución por inyección letal.