El calor extremo en Sudán obliga al cierre de colegios tras la muerte de 15 niños por golpe de calor
El país sufre una de las peores crisis humanitarias del planeta
EFE
Sudán del Sur está sufriendo un periodo de temperaturas extremas que ha obligado al Gobierno a ordenar el cierre de la escuelas tras la muerte de 15 niños por un golpe de calor.
Esta ola de calor abrasador ha sorprendido a los ciudadanos que no estaban preparados para ella, así como tampoco lo estaban los edificios.
El Ministerio de Salud sursudanés ordenó el pasado sábado el cierre de todas las escuelas "hasta nuevo aviso", y advirtió de que todo centro que lo incumpla tendrá consecuencias, como la retirada de la licencia.
Esta decisión se produce tan solo unos días después de que el portavoz del Gobierno sursudanés, Michael Makuei, confirmara a EFE que en la última semana murieron al menos 15 niños en Yuba tras sufrir un golpe de calor.
El Ministerio de Salud atribuyó este calor al cambio climático, del que Sudán del Sur es una víctima directa y de los países que más lo está sufriendo en el mundo.
Más allá del calor extremo que se está viviendo ahora, en una temporada estival que se prevé que termine el mes que viene, el país africano es una zona donde caen lluvias torrenciales, y cada año peores, que anega el país entero.
Los campos de cultivo y animales, el principal sustento de la gran mayoría de familias de este país que sufre una de las peores crisis humanitarias del planeta, son los mayores afectados.
El calor está complicando los trabajos al aire libre, pero muchos trabajadores no pueden permitirse el lujo de parar, y se refugian con un sombrero y agua fría.
Durante la jornada, el contratista David Khamis ordena a los obreros que trabajan en la construcción de un edificio que usen sombreros y se rocíen agua de vez en cuando. "Como puedes ver, estamos trabajando a pesar de esta ola de calor, porque tenemos plazos para entregar este edificio a sus propietarios. Y los trabajadores no pueden quedarse en casa porque trabajan para ganarse la vida a diario", aseguró Khamis a EFE desde el barrio de Al Zaura, en el corazón de la capital sursudanesa.
"Hemos decidido trabajar y tomar las precauciones necesarias, como beber una cantidad suficiente de agua para mantener el cuerpo hidratado y usar sombreros que les protejan de la exposición directa al sol", aseveró.
Las ciudades y pueblos de Sudán del Sur viven en un estado de ebullición inusual debido al aumento de las temperaturas, que han llegado a alcanzar los 45 grados durante los últimos días en la estación seca del país.
George Dau, de 25 años y obrero en el edificio, aseguró que simplemente no pueden quedarse en casa.
"No tenemos ninguna posibilidad de quedarnos en casa, trabajamos siete días a la semana para ganarnos la vida. Sabemos cómo lidiar con este calor, que no es más peligroso que el hambre", indicó a EFE.
Pese a las directivas gubernamentales, Dau afirmó que seguirán trabajando "por las circunstancias que nos obligan a ello”.
Sin embargo, para Romano Santo, de 34 años y mecánico de profesión, estos momentos de calor extremo son los mejores para su bolsillo. "El verano (la estación seca) es la temporada de trabajo para nosotros. Debido a las altas temperaturas, las averías de los coches son frecuentes y tenemos una gran demanda por parte de clientes y propietarios de vehículos. Sabemos cómo lidiar con el "calor". Sólo trabajamos debajo de los árboles y bebemos una gran cantidad de agua", afirmó a EFE mientras le caían gotas de sudor sin parar.