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A pesar de las discrepancias que puedan surgir entre los países iberoamericanos, "es mucho más lo que nos une que lo que nos separa", ha dicho Felipe VI en el plenario de la XXIX Cumbre Iberoamericana a la que no han asistido presidentes latinoamericanos, excepto el anfitrión, el ecuatoriano Daniel Noboa.

El rey, que mantuvo este viernes un encuentro bilateral con Noboa antes del plenario, ha indicado que las discrepancias que puedan surgir son "naturales en una relación rica y prolongada" como la que tienen los países latinoamericanos y ha sostenido que la grandeza como comunidad es precisamente "saber superar las diferencias".

Por "seguir nutriendo nuestro acervo, y avanzar en nuestros principios y en nuestras convicciones" ha apostado Felipe VI, que ha recordado cómo, "a pesar de las dificultades encontradas en el camino, en una coyuntura a todas luces compleja", se ha llegado a esta cumbre en Cuenca (Ecuador).

Una cita a la que numerosos líderes no han acudido por diversos motivos, de tal forma que ha sido la cumbre con una representación más baja de jefes de Estado y de Gobierno -solo el rey, el presidente de Portugal, el jefe de Gobierno de Andorra, además del presidente ecuatoriano- desde que estos foros comenzaron a celebrarse en 1991.

El rey ha recordado los consensos alcanzados en las más de tres décadas de historia de estas cumbres que deben ser preservados, ha insistido Felipe VI.

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España asume este viernes la denominada Secretaría 'pro tempore' ya que será sede de la Cumbre Iberoamericana de 2026, y el rey ha agradecido este viernes a los países iberoamericanos su apoyo unánime para albergar esta cita. "Ejerceremos esta alta responsabilidad con la convicción de quien cree profundamente en el camino recorrido, pero es también consciente de lo mucho que queda por hacer", ha indicado el monarca.

Porque "en este tiempo vertiginoso que nos toca vivir, de gran complejidad para el multilateralismo, es cuando más falta hace redoblar esfuerzos y no cejar en el empeño de seguir trabajando por consolidar y redoblar esfuerzos y no cejar en el empeño de seguir trabajando por consolidar y reforzar el sistema, de profundizar en su alcance y ambición", ha recalcado.

Por eso ha animado a los países hermanos a continuar superando cada reto y cada dificultad: "sigamos haciendo Iberoamérica", ha recalcado.

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Como hizo el jueves, el rey ha vuelto a recordar en Cuenca los efectos de la DANA: "no están siendo unos días fáciles en España", ha asegurado para señalar a continuación que es en estas circunstancias cuando más se valoran las expresiones de apoyo y solidaridad que se han recibido de los países iberoamericanos hermanos, de donde proceden algunos de los afectados: "Nos reafirma en nuestra profunda convicción de que Iberoamérica es, ante todo, una comunidad de afectos".

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También, el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, llamó este viernes a la unidad de la comunidad iberoamericana: "Divididos somos débiles, solidarios somos fuertes, juntos somos fuertes", dijo Rebelo de Sousa desde la ciudad ecuatoriana de Cuenca, en el sur del país, sede del evento.

El presidente portugués instó a "no perder todo lo ganado en 30 años" ni "dejar que los egoísmos y conflictos bilaterales y desencuentros maten los encuentros de siempre".

"Nadie nos oirá si actuamos de manera aislada", insistió.

NOVOA: "ESTAMOS VIVIENDO MOMENTOS DUROS PARA IBEROAMERICA"

El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, inauguró este viernes la sesión plenaria de la XXIX Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de Gobierno. "Estamos viviendo momentos duros para Iberoamérica", manifestó Noboa para dar inicio a la sesión plenaria de la Cumbre, marcada por la ausencia de los líderes, ya que sólo acudieron a Cuenca (Ecuador) cuatro de los veinticuatros jefes de Estado y de Gobierno convocados.

Por primera vez en la historia de estas cumbres, que se celebran desde 1991, no participa ningún presidente de América Latina excepto el anfitrión, mientras que también, en un hecho sin precedentes, están vacías las sillas de tres países (México, Nicaragua y Venezuela), que tiene rotas las relaciones con Ecuador.

"Más que (momentos) duros... diría que son complejos, y como jefes de Estado tenemos la responsabilidad de sacar adelante una región afectada por el crimen transnacional, cambio climático, sequías, y también por el abandono", señaló Noboa.

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La cumbre no ha estado exenta de tensión como el agrio intercambio de descalificaciones que protagonizaron los representantes de Cuba y Argentina durante la sesión plenaria, al acusar el representante cubano Rodolfo Benítez al Ejecutivo de Javier Milei de "venir a reventar la cumbre", mientras que el embajador argentino, Eduardo Acevedo, le echó en cara que el Gobierno de Cuba "viola los derechos humanos".

El representante cubano acusó a Argentina de pretender hacer fracasar la cumbre al negar el cambio climático y los derechos de las mujeres y pueblos indígenas, pero advirtió que fracasó en ese propósito al quedar aislada de una declaración que han firmado el resto de participantes menos el Gobierno del ultraderechista Milei.

Consecuencia de esas discrepancias, la XXIX Cumbre Iberoamericana, celebrada en la ciudad ecuatoriana de Cuenca, se ha cerrado sin una declaración oficial debido a la falta de consenso.

España ha cogido el testigo de Ecuador para organizar en 2026 la que será la XXX Cumbre Iberoamericana con la meta, según ha reconocido el Rey Felipe VI, de recuperar "el espíritu e ilusión" de las primeras cumbres.

"Asumo en nombre de España y su Gobierno, con ilusión, responsabilidad y pragmatismo, este testigo de vuestras manos", le ha dicho el monarca al presidente de Ecuador, Daniel Noboa, confiando en que tanto él como los demás estados acompañarán y apoyarán a España de cara a la preparación de la cita, en la que les ha invitado a participar activamente.