El pleno de la Eurocámara ha elegido este martes -por 422 votos a favor, 250 en contra y 47 abstenciones- al conservador luxemburgués Jean-Claude Juncker como nuevo presidente de la Comisión Europea para los próximos cinco años en sustitución de José Manuel Durao Barroso. Su mandato comenzará el próximo 1 de noviembre.
La elección de Juncker ha sido posible gracias al apoyo del PP europeo y de la mayoría del grupo socialista y del liberal. Estos tres partidos han alcanzado un acuerdo de legislatura para formar una mayoría proeuropea estable frente al auge de los grupos euroescépticos. De esta mayoría se han desmarcado los 14 eurodiputados socialistas españoles, y también los británicos y suecos. Los socialistas franceses se han abstenido.
Juncker ha obtenido más votos que el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, que fue reelegido el 1 de julio con 409 votos gracias al mismo acuerdo de estabilidad. También supera los 382 votos obtenidos por Barroso en 2009 para su segundo mandato.
En contra del ex primer ministro luxemburgués han votado los eurodiputados de Izquierda Unitaria -grupo en el que están Izquierda Unida y Podemos-; los Conservadores y Reformistas Europeos, el grupo de los conservadores británicos; el grupo euroescéptico dirigidos por el líder del UKIP, Nigel Farage; así como la extrema derecha capitaneada por la presidenta del Frente Nacional, Marine Le Pen.
Entre los españoles, más de la mitad de los 54 eurodiputados, en concreto 28, votó en contra del ex primer ministro luxemburgués (PSOE, IU, ICV, Podemos, ERC y Compromís). En el caso del PSOE los 14 eurodiputados han votado en su contra siguiendo las órdenes del nuevo secretario general Pedro Sánchez.
Los líderes europeos designaron a Juncker -que fue el candidato del PP europeo a la Comisión en las pasadas elecciones a la Eurocámara- en la cumbre del 27 de junio con la única oposición de Reino Unido y Hungría.
Para ser ratificado, el ex primer ministro luxemburgués necesitaba el apoyo de la mayoría simple del Parlamento, es decir, de 376 eurodiputados.
El sucesor de José Manuel Durao Barroso deberá ahora conformar un colegio de comisarios, negociación que empezará este miércoles en la cumbre extraordinaria en la que los líderes europeos acabarán de dibujar el reparto de altos cargos de la Unión para los próximos cinco años.
"Espero contar con las suficientes candidaturas de mujeres", dijo Juncker en rueda de prensa tras ser elegido y después de haber expresado en los últimos días su preocupación por la escasez de aspirantes femeninas por parte de los gobiernos nacionales para formar parte de la próxima Comisión.
Los diferentes comisarios deberán pasar el examen del Parlamento en septiembre y octubre.
La configuración del nuevo Ejecutivo comunitario será debatida por primera vez mañana en una cumbre extraordinaria de líderes europeos en Bruselas a la que acudirá el propio Juncker.
PROPONE UN PLAN DE INVERSIÓN PÚBLICO-PRIVADO DE 300.000 MILLONES EN TRES AÑOS
Jean-Claude Juncker ha propuesto este martes en su discurso de investidura ante la Eurocámara un plan de inversión público-privada en la UE que movilice 300.000 millones de euros en un plazo de tres años para impulsar el crecimiento, el empleo y la competitividad.
En una comparecencia que ha mezclado el francés, el alemán y el inglés, Juncker ha defendido que este programa debe aprobarse en febrero de 2015. Las inversiones se concentrarán en proyectos de infraestructuras de transporte, I+D, banda ancha, energía y en la reindustrialización de Europa.
Este plan no se basará en un aumento de la deuda, sino que se financiará recurriendo a los fondos estructurales europeos y los instrumentos del Banco Europeo de Inversiones, ha anunciado el ex primer ministro luxemburgués.
El futuro presidente de la Comisión ha resaltado que este plan será plenamente compatible con el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, cuyos "principios fundamentales no se alterarán". No obstante, ha anunciado que usará el "margen de flexibilidad" previsto en el Pacto. "En el pasado ya se ha hecho y lo haremos también en el futuro", ha anunciado a los eurodiputados.
Juncker ha anunciado además que hará obligatorio el registro de lobbies para que los ciudadanos europeos sepan con quién se reúnen los mandatarios europeos y que modificará las reglas sobre transgénicos para que Bruselas no pueda decidir en contra de la voluntad mayoritaria de los Estados miembros.