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Felipe VI ha llegado hoy a Arabia Saudí en su primera visita oficial a este país acompañado de una amplia delegación política y económica con el fin de estrechar los lazos con el régimen saudí y ayudar a las empresas españolas a que consigan nuevos proyectos comerciales.

El avión del Ejército del Aire en el que ha volado Felipe de Borbón desde Madrid ha aterrizado en el aeropuerto internacional rey Jaled de Riad.

Con el jefe del Estado español han viajado el ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, y el de Fomento, Íñigo de la Serna.

Ante la importancia que el Gobierno español concede a la visita, también forman parte de la delegación los secretarios de Estado de Comercio, María Luisa Poncela, de Infraestructuras, Julio Gómez-Pomar, y de Defensa, Agustín Conde.

El rey de España ha sido recibido por el gobernador de Riad, Faisal bin Bandar, y el embajador español en Arabia Saudí, Joaquín Pérez Villanueva.

Tras los saludos protocolarios, el rey de España y el gobernador han mantenido un breve encuentro en el pabellón real del aeropuerto.

La agenda de Felipe VI se abrirá mañana con un encuentro con la comunidad española residente en Arabia Saudí y posteriormente, se celebrará la audiencia con el rey Salman bin Abdelaziz en su palacio.

El jefe del Estado español tiene previsto verse con otras autoridades, entre ellas, el ministro de Finanzas, Mohamed al Yadan.

La primera jornada concluirá con un recepción a cargo del gobernador de Riad.

Tras los contactos políticos, el lunes tendrá lugar un foro económico en la Cámara de Comercio de Riad en el que van a participar una treintena de empresas españolas y representantes de la patronal de la CEOE.

Después de lograr la adjudicación de la construcción del AVE entre Medina y La Meca y el Metro de Riad, la intención es mostrar el interés de las compañías españolas en lograr nuevos contratos de grandes proyectos en sectores como las infraestructuras, las energías renovables y la ingeniería.

También se pretende que la visita de Felipe VI contribuya a avanzar en el contrato que persigue Navantia para la venta de cinco corbetas, por valor de unos 2.000 millones de euros, que se construirían en los astilleros de Cádiz y Ferrol (A Coruña).