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El rey de España, Felipe VI, culminó este viernes una jornada repleta de actos previos al inicio oficial a la XXVIII Cumbre Iberoamericana en Santo Domingo, en los que recordó los desafíos que afronta la región, y abogó por un fortalecimiento de las relaciones entre los países y con la Unión Europea (UE).).

Los caminos hacia una mayor integración, la defensa de la democracia y de sus instituciones, la migración venezolana y las recetas contra la inflación centraron las intervenciones públicas de los primeros jefes de Estado y de Gobierno llegados a Santo Domingo para participar en la XXVIII Cumbre Iberoamericana.

El monarca español tuvo una apretada agenda, con reuniones bilaterales, como la que mantuvo con el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, y el de República Dominicana, el país anfitrión de la cumbre, Luis Abinader.

También se encontró con una representación de jóvenes líderes iberoamericanos, con quienes conversó sobre el futuro de la región y participó en un acto de apoyo al Programa Iberoamericano de Discapacidad, destinado a la inclusión de ese sector de ciudadanos que representa cerca del 15% de la población latinoamericana.

Felipe VI estuvo después en la clausura del XIV Encuentro Empresarial Iberoamericano, en el puerto de Sansouci de Santo Domingo, junto al presidente Abinader y a los mandatarios de Ecuador, Guillermo Lasso; Paraguay, Mario Abdo Benítez, y al secretario general iberoamericano, el chileno Andrés Allamand.

En su discurso, el rey de España animó a "continuar fortaleciendo" los vínculos entre los países iberoamericanos para "aprovechar juntos todas las oportunidades" que ofrece ese espacio, un "gran proyecto que precisa de una común visión estratégica y el mayor compromiso de todos".

Los desafíos a los que se enfrenta la región, "justifican, más si cabe, la necesidad de este tipo de encuentros para poner en común las preocupaciones que afectan a nuestras sociedades y buscar así recomendaciones que nos lleven a poner en marcha medidas conjuntas", dijo.

Y para lograr superar esos desafíos, el monarca destacó la importancia de la presidencia española de la Unión Europea en el segundo semestre del año.

También subrayó la celebración de la cumbre UE-CELAC, en julio en Bruselas, "en la que se va a presentar una cartera de proyectos de inversión estratégicos para la región que contarán con el respaldo de la UE y sus estados miembros".

Además, entre las prioridades de la presidencia española de la UE señaló el apoyo y mayor impulso a la firma de los acuerdos bilaterales pendientes cuyo objetivo es liberalizar el comercio y establecer un marco de relación estratégica entre la UE y América Latina.

Entre esos acuerdos, el monarca español se refirió al Acuerdo Global con México y los de Asociación con Chile con Centroamérica y con el Mercosur.

Tras clausurar el Encuentro Empresarial Iberoamericano, Felipe VI fue recibido junto al resto de los participantes en la Cumbre por el presidente dominicano, su esposa, la primera dama Raquel Arbijos, y Allamand a los pies de la fortaleza de Ozama, la primera estructura militar permanente de América.

En ese histórico entorno tuvo lugar la inauguración oficial de la reunión regional, que mañana tendrá su día más importante con la celebración de las sesiones plenarias.

La jornada del monarca español concluyó con la cena de Jefes de Estado y de Gobierno en la Casa de Bastidas, en la zona colonial de Santo Domingo, un edificio histórico cuya construcción se remonta al siglo XV.

Este sábado, después de las sesiones plenarias y la clausura oficial de la Cumbre, mantendrá un encuentro bilateral con el presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, antes de volar de regreso a España.Esta es la quinta Cumbre Iberoamericana en la que Felipe VI participa como rey.