Felipe VI apela a responder con generosidad a los refugiados y migrantes

El Rey Felipe ha hecho en Naciones Unidas un llamamiento a los países europeos para que, cada uno en la medida de sus capacidades, acojan a los millones de refugiados y desplazados que llaman a sus puertas huyendo de los conflictos, del terrorismo o de la persecución.

"Nuestra responsabilidad es acogerlas, en la medida de nuestras capacidades, para que puedan llevar una vida digna", ha defendido el monarca en su intervención en la Reunión de Alto Nivel sobre grandes desplazamientos de Refugiados y Migrantes que se celebra en la sede de la organización, de forma previa al inicio del debate general en la Asamblea de la ONU.

"Quienes han sido expulsados de su hogar por la fuerza tienen que saber que cuentan con nuestro apoyo para atender sus necesidades y poder ejercer -y, sobre todo realizar- su derecho al regreso, a volver a su tierra", ha subrayado el Rey.

Pero el retorno, ha continuado, "pasa necesariamente por el fin de los conflictos, la derrota del terrorismo y el establecimiento de sociedades inclusivas y democráticas donde se respeten los derechos fundamentales, la vida y la libertad".

"Como miembro no permanente del Consejo de Seguridad, y como socio comprometido a nivel internacional, España seguirá trabajando para que así sea", ha afirmado el Rey, que ha adelantado la "plena disposición" de España para trabajar en la elaboración de los dos pactos sobre migrantes y refugiados que deberán ser endosados en 2018, según el compromiso que piensa adoptar la comunidad internacional al término de esta reunión.

Y es que de la cita de este lunes saldrá la Declaración de Nueva York, que reúne una serie de compromisos que ya fueron acordados el 2 de agosto, así como dos anexos con los que se pretende preparar el camino para la adopción de dos pactos mundiales en 2018: uno sobre la respuesta integral a la situación de los refugiados y otro sobre un pacto mundial para una migración segura, regular y ordenada.

ESPAÑA QUIERE SER RELEVANTE

"Los españoles -ha asegurado el Rey- aspiramos a que nuestro país sea un actor relevante en una cuestión de enorme contenido ético y humanitario, y que España, por su condición de encrucijada geográfica e histórica, conoce bien".

En su discurso, se ha mostrado convencido de que las sociedades de hoy y del mañana "son y serán diversas desde el punto de vista étnico, cultural y religioso", algo que "debe ser compatible con el respeto a los valores que deben ser observados en los países de acogida".

Los flujos migratorios "gestionados correctamente" tienen, ha afirmado el Rey, "un impacto claramente positivo en las sociedades receptoras". España, ha querido poner como ejemplo, tiene una experiencia en la gestión de los grandes movimientos de personas que ha dado buenos resultados y que se basa "en la garantía de la protección de las personas y en un esfuerzo intenso y sostenido con los países emisores de migrantes y de tránsito".

A pesar de las críticas que organizaciones humanitarias han dirigido a España, y a la UE en general, por su escaso esfuerzo en la acogida de refugiados, el Rey ha querido subrayar que la actitud de España ha estado "siempre inspirada por la voluntad de contribuir a amortiguar un drama humano de primera magnitud".

"Debemos luchar coordinada y eficazmente contra la trata de seres humanos y traficantes de personas, dar protección internacional a los legítimos demandantes de asilo, y ofrecer nuestro apoyo, solidaridad y asistencia a los países de tránsito y acogida de refugiados", ha abogado el monarca.

El Rey ha destacado también la importancia de "favorecer la integración de los refugiados y las vías legales para la inmigración". "La responsabilidad compartida es el pilar fundamental que debe animar las soluciones a un desafío que nos afecta a todos y que nadie puede solventar de manera individual", ha añadido.