Francia cumplirá con el objetivo de déficit del 3% en 2015
El gobierno galo confirma su plan de recortes de 50.000 millones de euros para conseguir este fin
Francia reducirá su déficit público hasta el 3% del PIB en 2015, tal y como se comprometió a hacer con la Comisión Europea, según las previsiones anunciadas por el Gobierno, que confirmó su plan de recortes de 50.000 millones de euros para conseguir este fin.
El Consejo de Ministros aprobó la trayectoria presupuestaria del país para los próximos tres años, al tiempo que dio los últimos retoques al plan de ajuste adelantado el pasado día 16 por el primer ministro, Manuel Valls.
Tal y como exige Bruselas, París enviará el 7 de mayo sus previsiones para los próximos años. El crecimiento será del 1% en 2014, del 1,7% en 2015 y del 2,25% de media en los dos siguientes, en contraste con la atonía de los últimos cinco años. "Estamos saliendo del estancamiento de los últimos años", afirmó el ministro de Agricultura y portavoz del Gobierno, Stéphane Le Foll.
RECORTES Y BAJADA DE IMPUESTOS
El Ejecutivo ha diseñado un programa que combina la bajada de los impuestos a las empresas para recuperar la competitividad y el empleo con los recortes de la Administración Pública y los servicios sociales para reducir el déficit.
Esas cuentas, que serán debatidas el próximo martes en la Asamblea Nacional, han provocado polémica dentro del propio Partido Socialista (PS), donde el ala más izquierdista las considera perjudiciales para confirmar la recuperación que se apunta.
Una opinión que comparte el Alto Consejo de las Finanzas Públicas, que cree que los recortes afectarán de forma inmediata a la recuperación económica, mientras que los beneficios de la bajada de impuestos patronales se notarán a más largo plazo.
El Gobierno debatirá con sus diputados en los próximos días para tratar de obtener el apoyo de una mayoría de parlamentarios en la votación consultiva de su proyecto, para evitar la mala imagen que supondría que su plan no fuera respaldado por la mayoría del Parlamento.
Le Foll indicó que no se descarta hacer alguna concesión en el plan de recortes de 50.000 millones destinada a mejorar el poder adquisitivo de los jubilados con pensiones más modestas. Pero el grueso del llamado Plan Valls se mantiene, en particular en lo que se refiere a la congelación de determinados servicios públicos y de los salarios de los funcionarios y de las pensiones, a excepción de las mínimas.
De esta forma, se pretende que la administración central ahorre 18.000 millones, los entes locales 11.000 millones, la seguridad social 10.000 millones y los servicios públicos otros 11.000 millones.
VALLS RECHAZA LAS PETICIONES DEL ALA IZQUIERDISTA DEL PSF
El primer ministro no ha escuchado la petición del ala izquierda de su partido, que le pedía reducir a 35.000 millones de euros los recortes y pedir a Bruselas un plazo suplementario para situar el déficit en el 3%. Algunos diputados socialistas han advertido que pueden votar en contra del plan, una oposición simbólica que amenaza con socavar la popularidad del Gobierno entre los electores de izquierda.
En cambio, algunos parlamentarios de centro y conservadores han expresado su respaldo al plan, pese a que oficialmente la derechista UMP lo considera demasiado tibio y pide que los recortes sean de 130.000 millones. No es la opinión del Gobierno, que cree que su proyecto permite la recuperación económica, la reducción del déficit y el mantenimiento de la justicia social, en palabras de Le Foll.
Las empresas ahorrarán en los próximos tres años 30.000 euros en impuestos, que el Ejecutivo espera que se reinviertan, lo que permitirá generar 155.000 empleos este año y otros 175.000 el siguiente, según los cálculos del ministro de Finanzas, Michel Sapin.
De esta forma, las empresas privadas tomarán el relevo del sector público, que gracias a las subvenciones frenó el crecimiento del paro el año pasado. La creación de empleo reactivará el mercado interior, que según las previsiones del Gobierno progresará un 0,8% este año, un 1,7% en 2015 y un 2,3% de media los dos siguientes.
La reactivación de la economía a nivel mundial también debe incidir en una mejora de las exportaciones francesas, del 3,4% este año y del 4,7% el próximo. La deuda francesa, que pasó del 75% en 2006 a más del 90% en 2012, tocará techo este año en el 95,6%, antes de comenzar a bajar y situarse, en 2017, en el 91,9%.
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