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Los ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales del G7 y representantes de diversas instituciones acordaron hoy fortalecer la cooperación para contrarrestar las amenazas cibernéticas, como el ataque global que afectó el viernes a cerca de cien países.

También reiteraron su compromiso de "utilizar todos los instrumentos de política monetaria, fiscal y estructural, tanto individual como colectivamente, para lograr" impulsar un "crecimiento fuerte, sostenible, equilibrado e inclusivo", según la declaración conjunta final de la reunión celebrada en Bari (sur de Italia).

En cuanto al primero de los asuntos, el ministro de Economía italiano, Pier Carlo Padoan, explicó en rueda de prensa que los participantes coincidieron en que "la seguridad es un bien político y global" y debatieron sobre cómo reforzar a las entidades financieras y las empresas frente a los ciberataques.

"El sector privado carece por sí solo de capacidad para hacer frente a estas amenazas, por lo que requiere de una actuación también gubernamental y de organismos internacionales", subrayó el gobernador del Banco de Italia, Ignazio Visco.

En la declaración se considera esencial que se realicen periódicamente pruebas en instituciones financieras para determinar su vulnerabilidad.

Otro de los temas centrales del encuentro del G7 fue el de los incentivos al crecimiento económico y cómo compaginar la creación de empleo con el mantenimiento de la deuda pública estatal en una senda sostenible.

Visco afirmó que existe una "expansión económica global que aún es modesta" y cuya continuidad puede peligrar por determinados "riesgos económicos y geopolíticos", los cuales no especificó, que se dan en el actual escenario internacional.

La intención al respecto es motivar este crecimiento económico y reducir al mismo tiempo la brecha entre ricos y pobres que ha crecido como consecuencia de la crisis, dijo Padoan.

Durante las cuatro sesiones de trabajo que mantuvieron los participantes, se reflexionó sobre fiscalidad internacional y el hecho de que actualmente muchas multinacionales declaren en países con regímenes impositivos más favorables y no donde operan y obtienen beneficios.

A petición de Italia, se iniciaron las conversaciones para regular fiscalmente a las grandes corporaciones tecnológicas y el objetivo es avanzar en acciones concretas para impedir que estas utilicen estrategias para eludir impuestos.

No faltó tampoco en la agenda la problemática sobre fraude fiscal y se invitó a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) a continuar con los esfuerzos para combatir la evasión, en colaboración con la comunidad internacional y los demás organismos internacionales.

En las sesiones de trabajo no se abordó el giro proteccionista de la administración estadounidense, confirmó Padoan, porque ello será evaluado por los jefes de Estado y de Gobierno del G7 en la cumbre del 26 y el 27 de mayo en la localidad italiana de Taormina.

No obstante, el tema estuvo presente en algunos encuentros bilaterales mantenidos los ministros y hoy el titular francés de Economía y Finanzas, Michel Sapin, pidió a Estados Unidos que continúe con la cooperación internacional en política económica.

La declaración conjunta incluye solo una referencia al comercio en la que se subraya que el Grupo de los siete países más industrializados del mundo (G7, integrado por EE.UU., Canadá, Japón, Francia, el Reino Unido, Italia y Alemania) trabaja "para fortalecer la contribución del comercio" a sus economías.

"No queremos ser proteccionistas, pero nos reservamos el derecho a ser proteccionistas si pensamos que el comercio no es libre y justo", dijo por su parte el secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin.

Mnuchin aprovechó estos días para explicar al resto de participantes los primeros acuerdos entre Estados Unidos y China para ampliar los negocios entre ambos países y también para comentar que el Gobierno de Washington trabaja en la aprobación de una reforma fiscal que llevará tiempo.

En Bari se reunieron además de Padoan, Mnuchin y Sapin, los ministros de Economía y Finanzas de Alemania, Wolfgang Schäuble; del Reino Unido, Philip Hammond; de Japón, Taro Aso, y de Canadá, William Morneau.

También estuvieron presentes la presidenta de la Reserva Federal de EE.UU., Janet Yellen; el número uno del Bundesbank (banco central alemán), Jens Weidmann; y los gobernadores de los bancos de Italia, Ignazio Visco; de Francia, François Villeroy de Galhau; de Inglaterra, Mark Carney; de Canadá, Stephen S. Poloz, y de Japón, Haruhiko Kuroda.

Asistieron el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici; los presidentes del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, y del Banco Central Europeo, Mario Draghi; la directora gerente del FMI, Christine Lagarde; el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim; el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, y el presidente del Grupo de Acción Financiera Internacional (FAFT), Juan Manuel Vega-Serrano.