Este sábado vuelven a casa los cuatro cazas F-18 españoles, destinados en Libia, aunque sobre el terreno la guerra continúa. Hay combates en Sirte y renace la violencia también en la capital.
Las autoridades rebeldes han decretado el estado de alerta máxima en Trípoli tras los enfrentamientos de hoy entre supuestos combatientes gadafistas y milicianos rebeldes en el barrio de Abu Salim, en los que murieron tres personas y más de 50 personas fueron detenidas.
El vicepresidente de la Comisión Suprema de Seguridad para la Protección de Trípoli, Abdel Razak al Orad ha insistido en que la situación en la capital está bajo control.
"Los rebeldes pudieron cercarlos en el barrio Naser en la zona de Abu Salim y después de evacuar a los ciudadanos por su seguridad detuvieron a 27 personas, cuatro de ellas de nacionalidad subsahariana", dijo el responsable de seguridad, que explicó que dos gadafistas y un rebelde murieron en los tiroteos.
Asimismo, agregó que otros 30 combatientes leales al coronel Muamar El Gadafi resultaron heridos en el enfrentamiento, el mayor ocurrido en la capital desde que el pasado 23 de agosto los rebeldes se hicieron con el control de Trípoli.
El responsable también instó a los milicianos y fuerzas de seguridad a que trataran correctamente a los detenidos y advirtió de que las personas que no entreguen sus armas serán consideradas terroristas.
"Los restos de las brigadas (de Gadafi) deben entregar sus armas inmediatamente y quien no cumpla con esto será considerado terrorista y se le tratará sobre esta base", dijo el responsable, que calificó lo sucedido de "acción terrorista para extender el miedo, el caos y la inestabilidad en Trípoli".
Además, explicó que los asaltantes, que comenzaron su ataque tras la oración del mediodía, habían repartido ayer panfletos en los que instaban a la movilización.
El presidente del consejo militar de Tripoli, Abdel Hakim Belhach, que también compareció ante los periodistas advirtió de que cualquier intento de "atemorizar a los habitantes de Trípoli" será respondido con "toda fuerza y determinación".
Belhach, que no indicó la vigencia del estado de alerta, insistió al igual que Orad, en que "la situación de seguridad de la capital está totalmente bajo control".
Tras el rezo del mediodía, un grupo de hombres armados en el barrio de Abu Salim, situado en el extrarradio de Trípoli, comenzó a disparar contra milicianos y civiles.
Fuerzas leales al CNT procedentes de otras partes de la ciudad se desplazaron hasta esta zona, una de las que más resistieron el avance de los rebeldes durante la toma de Tripoli, entre el 20 y el 23 de agosto pasados.
Posteriormente, estallaron combates en otros barrios de la ciudad como Andara, Al Islami y Bab Bin al Sheij, hasta que los milicianos lograron controlar la situación.
Una vez finalizados los choques, los combatientes del CNT practicaron registros en varias zonas de la ciudad y detuvieron a al menos 17 personas.
Según un oficial de la Dirección General de Seguridad de Trípoli, los gadafistas, que emplearon armas ligeras, son combatientes de Bani Walid y Sirte, los últimos dos focos de resistencia de las tropas fieles a Muamar El Gadafi, que abandonaron estos lugares confundidos con los civiles que huyeron de los combates.
Las tropas revolucionarias movilizan sus tanques para aplastar la resistencia en Sirte. Unas 7.000 personas -en su mayoría extranjeros- han sido detenidas por el CNT en los últimos meses