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(Actualizado

El Gobierno japonés aprobó hoy un segundo presupuesto extraordinario de dos billones de yenes (unos 17.000 millones de euros) destinado a la reconstrucción de las zonas afectadas por el terremoto y el tsunami de 11 de marzo. Esta segunda partida, que el Ejecutivo planea presentar al parlamento el próximo 15 de julio con la idea de que sea aprobado el mismo mes, seguiría a una primera dotación de 4,02 billones de yenes (34.280 millones de euros) ratificada el pasado mayo.

Del total, 800.000 millones de yenes (6.800 millones de euros) quedarían en la reserva para gastos de emergencia que puedan producirse, mientras que 545.500 millones de yenes (4.644 millones de euros) serían destinados a subsidiar a los gobiernos locales afectados por el desastre. Unos 300.000 millones de yenes (2.554 millones de euros) estarían dirigidos a prestar más apoyo financiero a aquellos cuyas viviendas resultaron dañadas o destruidas.

El Gobierno ha calculado en 120.000 millones de yenes (1.021 millones de euros) su contribución al fondo destinado a compensar a los afectados por la crisis nuclear en la planta de Fukushima. También destinaría 78.200 millones de yenes (666 millones de euros) para financiar controles de salud para los habitantes de la provincia de Fukushima durante los próximos 30 años.

Otros 77.400 millones (659 millones de euros) irían destinados a apoyar a los particulares y empresas que hayan solicitado créditos adicionales tras la catástrofe para financiar sus deudas.

El Ejecutivo de Naoto Kan planea presentar el borrador al parlamento el próximo 15 de julio y espera que la cámara lo apruebe este mismo mes.

Fuentes del Gobierno indicaron también que no se emitirá deuda para compilar el presupuesto y que los recursos de éste procederán de los fondos excedentes del presupuesto correspondiente a 2010.

La aprobación del borrador se produce el mismo día en que el ministro encargado de la reconstrucción, Ryu Matsumoto, presentó su dimisión por unas declaraciones realizadas durante su visita el pasado domingo a la zonas afectadas por el desastre que fueron tildadas de frías y arrogantes.