El Gobierno sirio condiciona el uso de armas químicas a un ataque extranjero
El régimen de Bachar al Asad negó hoy que vaya a emplear armas químicas en el interior de Siria, aunque condicionó su uso a una eventual agresión de fuerzas extranjeras, apuntó el portavoz sirio de Asuntos Exteriores, Yihad Maqdisi. "Ningún arma química será utilizada en Siria, con independencia del desarrollo de los acontecimientos", dijo Maqdisi, que descartó el uso de ese tipo de armamento contra los grupos opositores armados en el país. "Esas armas están vigiladas y almacenadas, y no serán empleadas a menos de que Siria se exponga a una agresión externa", agregó el portavoz en una rueda de prensa.
Además, Maqdisi calificó de "interferencia flagrante" en los asuntos internos de Siria la última propuesta de la Liga Árabe para que el presidente sirio, Bachar al Asad, renuncie al poder con el objetivo de solucionar la crisis en el país.
El responsable de Exteriores insistió en que el Ejecutivo sirio está a favor del diálogo político y que el pueblo sirio es el "soberano de sí mismo y el que decide quitar gobiernos o presidentes pero a través de las urnas".
En alusión a los países árabes, Maqdisi dijo que si estos "querían de verdad el interés del pueblo sirio, habrían parado de acoger y armar" a los grupos armados.
"Nosotros hemos aceptado el proceso político contemplado en el plan (de Kofi) Annan", subrayó el portavoz sirio, en referencia a la iniciativa de paz del mediador internacional, que establece, entre otros puntos, el inicio de diálogo entre el régimen y la oposición.
Según su versión, el Ejército sirio está defendiendo a los sirios y civiles en algunas localidades del país y respondiendo a "los que levantan sus armas contra el Estado".
Anoche, los jefes de la diplomacia árabe pidieron en Doha que Al Asad renuncie al poder y que los opositores sirios, incluidos los rebeldes del Ejército Libre Sirio (ELS), formen un Gobierno de transición.
La reunión de los ministros árabes, a la que acudieron el secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, y representantes de la oposición siria, estuvo precedida por una escalada de la violencia en Siria.
Los combates entre las tropas gubernamentales y la oposición armada se han recrudecido en los últimos días y se han expandido por las ciudades de Damasco y Alepo.
Además de los avances sobre el terreno, los insurgentes protagonizaron el pasado 18 de julio su mayor golpe contra el régimen sirio desde el inicio de la rebelión en marzo de 2011.
En un atentado ese día pereció el ministro de Defensa, Daud Rayiha; el viceministro de ese departamento y cuñado de Al Asad, Asef Shaukat, y el asistente presidencial Hasan Turkmani, mientras que el general Hisham Ijtiar, jefe de la Seguridad Nacional, murió dos días después debido a las heridas sufridas por la explosión.
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