El secretario general de la ONU, António Guterres, denunció este viernes que el actual sistema financiero global es "una inmoralidad" e insistió en la necesidad de reformarlo en profundidad para que deje de penalizar a los más pobres.
Guterres, que lleva defendiendo con fuerza esta idea desde el estallido de la pandemia de la covid-19, destacó que la cuestión debe una de las grandes prioridades mundiales para 2022.
Para el exprimer ministro socialista de Portugual, el sistema financiero mundial ha fracasado ante la actual crisis y, precisamente por sus deficiencias, está propiciando una recuperación muy desigual.
"Digámoslo claro: el sistema financiero global es una inmoralidad. Favorece a los ricos y castiga a los pobres", dijo Guterres, que recordó que mientras las economías con más poderío se están recuperando de la recesión, los países de bajos ingresos experimentan "su crecimiento más lento en una generación".
Según destacó, las crecientes divergencias entre naciones ricas y pobres desembocarán en más inestabilidad, crisis y migraciones forzadas. "Estos desequilibrios no son un fallo, sino una característica del sistema financiero mundial", insistió para defender la necesidad de cambios.
Entre otras cosas, Guterres se mostró muy crítico con el papel clave asignado a las agencias de calificación de crédito, que de forma rutinaria dan malas notas a los países pobres y los dejan así sin acceso a financiación privada.
Además, defendió que reformar la arquitectura financiera global requiere un marco adecuado de alivio y restructuración de la deuda pública, un sistema fiscal más justo -que reparta una parte de los billones de dólares acumulados por los más ricos durante la pandemia- o medidas contra los flujos financieros ilícitos.
"En 2022 voy a seguir presionando para estas reformas fundamentales", adelantó Guterres ante los representantes de los Estados miembros de la ONU.