El Secretario general de la ONU, António Guterres | Europa Press
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El secretario general de la ONU, António Guterres, señaló este miércoles que “la humanidad ha abierto las puertas del infierno” con el cambio climático, por lo que propuso un Pacto de Solidaridad Climática con una “agenda de aceleración” con medidas como, por ejemplo, que los países ricos y principales emisores de gases que calientan el planeta ayuden a las naciones emergentes.

Guterres hizo esas consideraciones al inaugurar la Cumbre sobre la Ambición Climática en la sede de la ONU en Nueva York (Estados Unidos), convocada por él mismo para ‘tomar la temperatura’ a la lucha contra el calentamiento global y de que los países aumenten sus compromisos en un momento en que el mundo no está en el camino de cumplir el Acuerdo de París.

Un total de 34 líderes están invitados a intervenir en esa Cumbre, entre ellos la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, que ostenta actualmente la Presidencia de la UE.

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El titular de la ONU criticó la falta de progreso en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. “La humanidad ha abierto las puertas del infierno. Este espantoso calor está teniendo efectos terroríficos. Angustiados agricultores ven cómo sus cosechas se arrasan por las inundaciones. Temperaturas sofocantes que provocan enfermedades. Y miles de personas que huyen despavoridas de los incendios históricos y furiosos. La acción climática no está a la altura de la magnitud del desafío”, apuntó.

Guterres añadió al respecto: “Si nada cambia, nos dirigimos alegremente a un aumento de la temperatura de 2,8 grados, hacia un mundo peligroso e inestable. Pero el futuro no está escrito en piedra. Lo escribieron ustedes, nuestros dirigentes. Aún podemos limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados. Aún podemos construir un mundo de aire limpio, empleos verdes, energía limpia y asequible para todos”.

“Si queremos cumplir el límite de 1,5 grados y albergarnos de los fenómenos meteorológicos extremos, los defensores del clima, especialmente en los países en desarrollo, necesitan solidaridad. Necesitan apoyo y que los líderes mundiales actúen, que tomen medidas para reducir las emisiones”, indicó.

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En este sentido, apuntó: “La transición de los combustibles fósiles a las energías renovables está ya en marcha, pero llevamos décadas de retraso. Tenemos que recuperar el tiempo perdido en vacilaciones, en tiras y aflojas, y en avaricias descaradas de aquellos intereses creados que ganan miles de millones de dólares con los combustibles fósiles”.

"Agenda de aceleración"

Por ello, propuso un Pacto de Solidaridad Climática con una “agenda de aceleración” para que los principales países emisores de gases que calientan el planeta y “más se han beneficiado los combustibles fósiles” se esfuerzan para reducir esas emisiones y apoyen a las economías emergentes.

Además, reclamó a los gobiernos que “aceleren el ritmo” para que los países desarrollados alcancen las emisiones netas cero lo más cerca posible de 2040 y las economías emergentes antes de 2050.

Igualmente, los países deben poner en marcha una transición energética “adecuada, justa y equitativa que proporcione electricidad a un precio asequible para todos”, con “planes fiables” que eliminen progresivamente el carbón para 2030 en los países de la OCDE y para 2040 en el resto del mundo, y pongan fin a las subvenciones a los combustibles fósiles, que en 2022 alcanzaron la “asombrosa cifra” de siete billones de dólares, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).

También solicitó “objetivos ambiciosos” para las energías renovables en línea con el límite de calentamiento global de 1,5 grados respecto a la era preindustrial.

“Mi agenda de aceleración también aboga por la justicia climática. Muchos de los países más empobrecidos tienen todo el derecho a estar enojados porque son los que más sufren una crisis climática en cuya creación no participaron, porque la financiación prometida no sea materializada y porque sus costes de endeudamiento son astronómicos”, subrayó.

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Por otro lado, Guterres comentó que los países deben “presionar” al sistema financiero mundial para que apoye la acción climática, lo que significa poner un precio al carbono y revisar “de los pies a la cabeza” los modelos de negocio de los bancos multilaterales de desarrollo para que movilicen más financiación privada “a un coste razonable” para los países en desarrollo.

Pérdidas y daños

Además, todos los países deben hacer operativo el fondo para pérdidas y daños adoptado en la Cumbre del Clima del año pasado (conocida como COP28), y los países desarrollados deben cumplir el compromiso de movilizar 100.000 millones de dólares cada año, reponer el Fondo Verde para el Clima y duplicar la financiación para la adaptación climática. Y todas las personas tienen que estar protegidas por un sistema de alerta temprana de aquí a 2027.

“Mi agenda de aceleración pide a las empresas e instituciones financieras que se comprometan con verdaderas trayectorias de emisiones netas cero. Las promesas dudosas traicionaron la confianza pública. Muchas empresas incluso intentaron bloquear la transición hacia la neutralidad del carbono, sirviéndose de su riqueza e influencia para retrasar, desviar y engañar. Vergonzoso. Las empresas verdaderamente sinceras tienen que desarrollar planes de transición que aminoren de forma creíble las emisiones y ofrezcan justicia climática”, apostilló.

Guterres indicó a los asistentes al encuentro climático en Nueva York: “El futuro de la humanidad está en sus manos, en nuestras manos. Una cumbre no va a cambiar el mundo, pero hoy puede ser un momento que engendre una dinámica para crear un impulso sobre el cambio climático”.