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La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, volvió hoy al trabajo, después de estar ausente de la vida pública durante un mes por problemas estomacales y un coágulo en una vena entre el cerebro y el cráneo.

La jefa de la diplomacia estadounidense, que dejará su cargo este mes para ser sustituida por el senador John Kerry, regresó a su trabajo en el Departamento de Estado con una reunión a puerta cerrada con sus asistentes.

La última aparición pública de Clinton fue el 7 de diciembre, poco antes de que comenzaran sus problemas estomacales, que la llevaron a sufrir una deshidratación y un desmayo, el cual le provocó un golpe en la cabeza.

Esta política de 65 años, la secretaria de Estado que más países ha visitado en la historia del cargo, fue ingresada el 30 de diciembre en un hospital de Nueva York, al serle descubierto un coágulo de sangre en una vena entre el cerebro y el cráneo.

El 2 de enero se pudo ver a Clinton saliendo del hospital junto con su marido, Bill Clinton, y su hija, Chelsea, poco antes de que se anunciara su alta definitiva.

En este tiempo, Clinton ha tenido que suspender su comparecencia en la comisión del Congreso que investiga el ataque al consulado estadounidense en Bengasi (Libia) de septiembre pasado, en el que fallecieron el embajador Chris Stevens y otros tres compatriotas.

Su ausencia ha provocado críticas por parte de líderes de opinión conservadores, que pusieron en duda su estado de salud y consideraron que podía ser una excusa para no responder a preguntas sobre aquellos hechos.

Esta semana, Clinton tendrá una agenda repleta de reuniones y, así, el jueves se encontrará con el presidente afgano, Hamid Karzai, al que dará la bienvenida con una cena de trabajo.

Los interrogantes sobre la salud de Clinton también han desatado las preguntas sobre su futuro político, ya que muchos la ven como una nueva candidata demócrata a la presidencia en 2016, con altas posibilidades tras el fin de la era Obama.