Hizbulá, la todopoderosa milicia libanesa chií, objetivo de Israel

El Ejército de Israel bombardeó Beirut en busca de un comandante de Hizbulá, en respuesta al ataque del pasado sábado que acabó con la vida de 12 niños en un campo de fútbol de la ciudad de Majdal Shams, en los altos del Golán ocupados por Israel.

La milicia libanesa chií Hizbulá, también denominado partido de Dios, fue fundada en Líbano en 1982 después la segunda invasión israelí con el objetivo de crear una república islámica en el Líbano.

Según la propia organización, cuya "ideología" se resume en un fuerte sentimiento anti-israelí y anti-occidental, nació de la suma de tres grandes agrupaciones islámicas (Amal, grupo de los Ulemas y Ad-Dawa) que en 1982 compartían su admiración por la revolución iraní y por la expulsión de las tropas invasoras.

Hizbulá, cuyo secretario general es el jeque Hassan Nasrala, es hoy más que una guerrilla que aspiró en su momento a destruir Israel, con una formación que tiene un brazo político, con representación parlamentaria. Para los chiíes, que representan el 35% de la población, este movimiento es ante todo un baluarte político.

Dispone de una milicia regular en el sur que es foco de tensión entre los partidos nacionales. Unos exigen su incorporación al ejército regular y otros se decantan por mantener su actual estatus.

Su mayor popularidad la logró con el atentado que costó la vida a 241 marines estadounidenses y 58 paracaidistas franceses en Beirut en octubre de 1983.

En 1996, tras la operación israelí Uvas de la ira que emprendió Israel contra objetivos de Hizbula, ambos bandos se comprometieron a dejar a los civiles a salvo de sus hostilidades en la "zona de seguridad". Sin embargo, tanto un bando como otro han violado este alto el fuego en sucesivas ocasiones.

El 14 de febrero de 2000, el grupo estableció una alianza inspirada por Irán con las dos organizaciones integristas palestinas, el Movimiento Islámico Hamás y Yihad Islámica.

Como partido político, Hizbula forma parte del parlamento libanés desde 1992 y actualmente cuenta con 13 escaños de un total de 128, obtenidos en las elecciones legislativas de mayo de 2022.

Su votos han sido definitorios para tumbar gobiernos como ocurrió con el de Saad Hariri en 2011, cuando el grupo retiró a dos ministros que mantenía en el Ejecutivo.

En paralelo, lleva a cabo una importante labor social cuya principal baza se centra en haber creado una gran red de hospitales, colegios o centros comunitarios, organizaciones benéficas, y puntos de distribución de alimentos a las que tienen libre acceso libaneses de todas las confesiones.

Además de sus vínculos con Irán, que le respalda económicamente, es aliado de Siria en su lucha contra Israel.

En marzo de 2005, movilizó a cientos de miles de manifestantes para apoyar al régimen sirio y exigir la permanencia de sus tropas en el país, si bien estas acabaron abandonando Líbano.

El 12 de julio de 2006 Hizbulá e Israel iniciaron el peor conflicto de su historia después de que el Ejército hebreo bombardeara posiciones de la guerrilla en el sur de Líbano tras secuestrar esta a dos soldados israelíes. La contienda duró un mes y dejó un balance de más de 1.000 civiles libaneses muertos.

La siguiente crisis se produjo en mayo de 2008 cuando Hizbulá y sus aliados tomaron el control de Beirut tras tres días de enfrentamientos que causaron 11 muertos en protesta por la carestía de la vida.

En mayo de 2010, el semanario alemán Der Spiegel relacionó al grupo con el atentado que había costado la vida al exprimer ministro Rafic Hariri en 2005, aunque Hizbula culpabilizó a Israel.

En mayo de 2013, la milicia comenzó a combatir al lado del Ejército sirio en su lucha contra los rebeldes sublevados contra el régimen de Bachar el Asad; meses después la Unión Europea incluía al brazo militar del grupo en su lista de organizaciones terroristas tras su presunta participación en un atentado en julio de 2012 en el que murieron cinco turistas israelíes en Bulgaria, del que las autoridades israelíes y búlgaras culpabilizaron a Hizbulá.

En los últimos años ha repuntado la violencia entre el grupo e Israel mediante el lanzamiento de cohetes hacia su territorio ante lo que el ejército hebreo responde con disparos de artillería.

En octubre de 2023, en el marco de la guerra entre Israel y Hamás, lanzó cohetes contra suelo israelí, y siguió con esta operativa en los siguientes meses, sobre todo después del asesinato selectivo por parte del estado hebreo de uno de sus líderes, Wissam al Taweel, en enero de 2024.

Tras la escalada de los últimos meses entre Israel y Hizbulá, desde EEUU y la UE se ha llamado a ambas partes a la contención para evitar una guerra abierta de consecuencias imprevisibles.