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El Parlamento holandés se mostró hoy dispuesto a actuar rápidamente contra el déficit público, pese al desacuerdo que mantienen las fuerzas políticas sobre los ajustes a llevar a cabo, lo que ha propiciado la caída del Gobierno y elecciones anticipadas, que se podrían celebrar el 12 de septiembre.

La fecha del 12 de septiembre la dio, como la más adecuada a su juicio, el primer ministro en funciones, el liberal de derechas Mark Rutte, que presentó este lunes su dimisión y la de su gabinete ante la reina Beatriz, aunque será el Consejo de Ministros el que finalmente la decida.

En un debate extraordinario en el Parlamento de La Haya sobre la crisis política, Rutte dijo que no existe una mayoría suficiente como para que las elecciones se celebren antes del verano, por lo que serán tras las vacaciones estivales.

"Espero una decisión formal este viernes" durante el próximo Consejo de Ministros, indicó. El primer ministro en funciones también aprovechó su intervención para reclamar un acuerdo sobre los severos ajustes que hacen falta, en su opinión, para reconducir la situación económica del país, y volvió a culpar del fracaso de las negociaciones al partido ultraderechista y antimusulmán PVV, que se negó a aceptar los recortes.

El Gobierno estaba estudiando medidas para ahorrara 14.200 millones de euros de aquí a 2013 y llevar el déficit público al 3 % del Producto Interior Bruto (PIB) en ese ejercicio desde el 4,6 % previsto actualmente.

Entre esas medidas figuraban recortar la deducción fiscal de las hipotecas sobre viviendas, un pacto para acelerar la aplicación de la edad de jubilación a los 66 años, la subida del IVA o el aumento del copago en la Sanidad.

Estos recortes se sumarían a los 18.000 millones de euros ya anunciados a principios de la legislatura, en 2010. El líder del PVV, el extremista Geert Wilders (PVV), con 23 escaños en un Parlamento de 150 diputados, se opuso frontalmente a tales recortes y precipitó la caída del Ejecutivo.

"No podía hacer otra cosa", aseguró hoy en su intervención parlamentaria. Los laboristas, el segundo partido de más peso en Holanda, discrepan también con los recortes planteados por la coalición gubernamental, formada por liberales de derecha y democristianos y apoyada en un principio por el PVV que acabó retirándole su apoyo.

También se muestran contrarios a apoyar recortes a cualquier precio los Verdes y los socialistas del SP. Miembros de la oposición como Alexander Pechtold, líder de los demócratas liberales (D66, diez escaños), han mostrado su disposición a apoyar al Gobierno en la aprobación de los presupuestos estatales, pero no han sido claros sobre su postura respecto a los ajustes.

Desde Bruselas, la Comisión Europea confía en que Holanda cumpla con sus compromisos de reducción del déficit para 2013 y recuerda que de no respetarlos podría tener que hacer frente a sanciones.

Asimismo, lamenta que la crisis económica resulte un caldo de cultivo para los populismos y extremismos.