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La Magistratura de Trabajo de Fráncfort aprobó hoy la huelga de controladores aéreos convocada en todo el territorio nacional para este martes entre las 4.00 y las 10.00 GMT.

La Justicia alemana aprobó el paro tras rechazar el recurso presentado por el Departamento de Seguridad Aérea (DFS) para que emitiese una medida cautelar contra la huelga por el perjuicio a los pasajeros.

El veredicto, leyó la jueza Renate Binding-Thiemann, considera en su argumentación que la convocatoria de la huelga es legítima y legal.

Tras conocer la sentencia, la DFS ha anunciado que va a apelar de "inmediato" la decisión, sobre la que el juez competente de la siguiente instancia, la Magistratura de Trabajo del estado federado de Hesse, donde se encuentra Fráncfort, dictará sentencia esta misma tarde.

Si esta segunda instancia aprobase también la celebración de la huelga de controladores aéreos, la DFS tendría además la opción de recurrir a una comisión de arbitraje, lo que paralizaría de inmediato el paro.

La huelga, que cerraría "de facto" el espacio aéreo alemán y afectaría a unos 400.000 pasajeros, se produce tras la ruptura de las negociaciones entre ambas partes y una propuesta de huelga para el jueves de la semana pasada, que fue prohibida por la Magistratura de Trabajo.

La DFS recurrió ante la Magistratura a las 12.00 GMT, ocho horas después de que el sindicato de los controladores aéreos (Gdf) anunciará la huelga para las primeras horas de la mañana del martes.

Su propósito era lograr una prohibición "in extremis", como ocurrió la semana pasada con la huelga convocada para ese jueves, a lo que siguió la desconvocatoria por parte sindical, por no haber margen de tiempo para dar curso a un recurso contra la decisión de Magistratura.

Un día después, Seguridad aérea invitó al sindicato a volver a la mesa de negociaciones, invitación que el sindicato rechazó por no llevar implícita ninguna oferta sustancial nueva.

El GdF agrupa a 2.500 de los 5.000 profesionales del sector y sus sucesivas convocatorias de paro están respaldadas por una votación interna entre sus afiliados, que rechazaron con más de un 95 por ciento la última propuesta de la patronal.

El sindicato mantiene su exigencia de un incremento salarial del 6,5 %, así como una mejora de las condiciones laborales, horarios de servicio y límites de las horas extras.