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El Gobierno húngaro declaró el "estado de crisis" en dos provincias meridionales fronterizas con Serbia por la llegada de miles de refugiados en las pasadas semanas. La medida ha sido anunciada a la prensa en la ciudad de Szeged por el portavoz del Gobierno, Zoltán Kovács, después de una reunión del Consejo de Ministros.

Hungría selló ayer su frontera a los refugiados y a partir de este martes aplicará una draconiana legislación que establece penas de hasta tres años de cárcel por entrar en el país de forma ilegal. "La situación es imposible", indicó Kovács, y aseguró que serán tramitadas todas las solicitudes de asilo. Agregó que los refugiados, "en contra de todo protocolo internacional", deciden por sí mismo a dónde quieren ir.

La posibilidad de declarar el "estado de crisis" se debatió en una reunión del Ejecutivo, día en que entraron en vigor las leyes que endurecen las penas por entrar de forma ilegal en el país. El estado de crisis durará medio año (con la posibilidad de prologarlo) y en esos seis meses el Gobierno puede intensificar los controles fronterizos, y la Policía y el Ejército asumir las tareas de registrar a los solicitantes de asilo.

Por otra parte, las autoridades podrán utilizar inmuebles y bienes muebles estatales o de los ayuntamientos locales en las zonas fronterizas para instalar allí, por ejemplo, centros de registro. "Si no creamos un sistema en el trato de la situación, no podremos controlar los procesos. Es de interés de los verdaderos refugiados que entren en la Unión (Europea) de una forma regularizada", enfatizó Kovács.

Budapest ya había anunciado que los refugiados cuyas solicitudes de asilo se rechacen, serán devueltos a Serbia, un país que Hungría considera como seguro. Sin embargo, Belgrado anunció que no aceptará el retorno de los demandantes de asilo que dicte Budapest.La gran mayoría de los más de 200.000 refugiados que las autoridades húngaras han interceptado en lo que va del año, entraron en el país desde Serbia.

Por su parte, Ernö Simon, portavoz de la oficina húngara de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), recalcó en declaraciones a Efe que esa organización no considera "ni a Serbia, ni a Macedonia ni a Bosnia como terceros países seguros".

Respecto a la agilización de los trámites, Simon explicó que la "ACNUR pide que no haya automatismos en los procesos. Todos tienen derecho a ser tratados de una manera justa".

A las 00.00 hora local de este martes (22.00 GMT) de ayer entraron en vigor en Hungría unas leyes que prevén penas de hasta tres años de cárcel por cruzar la frontera húngara de forma ilegal, y de hasta cinco años si la persona entra al país armada o causa daños a la valla instalada a lo largo de la delimitación con Serbia.

Las nuevas disposiciones abren además la posibilidad de declarar el "estado de crisis". Kovács anunció también que se crearán dos zonas de tránsito en la frontera, en las cercanías de Röszke y Tompa, en las que permanecerán los refugiados hasta que se tramite su solicitud.