La Policía india confirmó la muerte de la mallorquina Lourdes Morro, desaparecida en la avalancha de lodo que arrasó el enclave turístico cachemir de Leh el pasado día 6, una tragedia que ha dejado unos 170 muertos, la inmensa mayoría indios.
El inspector general de la Policía del estado septentrional indio de Cachemira, Farooq Ahmad, dijo a Efe que la muerte de Morro fue "corroborada" tanto por la agencia de "trekking" que organizó su ruta como por las fuerzas policiales de la localidad de Khalsi, en la zona donde acampaba.
La pareja de la mallorquina, Rafael Roca, sigue hoy ingresado en un hospital de Delhi, adonde fue evacuado ayer desde la ciudad de Leh tras ser rescatado la víspera por el Ejército indio.
Los dos mallorquines y sus guías locales se hallaban en un campamento en el valle de Hinju, a unos 60 kilómetros de Leh, en el momento de la tragedia, ocasionada por una lluvias torrenciales que causaron avalanchas de lodo por todo el enclave.
Morro fue "arrastrada" por el lodo, según informó el pasado domingo a Efe una fuente de la embajada española en Delhi, al dar a la turista por "desaparecida".
Ahmed aseveró que "tres cadáveres fueron arrastrados por la avalancha", el de la española y los de dos franceses que se hallaban en el mismo valle.
Además, hay informes de otro francés y un italiano fallecidos y de un danés y un rumano desaparecidos, dijo el inspector, a quien no le consta que queden más ciudadanos españoles entre los desaparecidos.
La fuente explicó que, tras las últimas operaciones de rescate -que aún continúan en el enclave- el número de desaparecidos, situado antes entre 400 y 500, ha descendido a un par de centenares.
Las autoridades españolas tienen hoy sin localizar a una treintena de nacionales que se hallaban haciendo turismo en la región, tras haber recibido noticias de una veintena de ellos en las últimas horas.
Entre ellos estaban los malagueños Juan Marmolejo y Encarnación Ruiz, que esta mañana llegaron "por su propio pie" a la ciudad de Leh, capital del distrito cachemir de Ladakh, informaron a Efe en Madrid fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Añadieron que se ha logrado establecer comunicación con un grupo de unos 20 españoles que está en un valle a unos 80 kilómetros de Leh, a quienes se está tratando de evacuar a esta ciudad.
Otros cuatros españoles siguen atrapados junto a 72 extranjeros de distintas nacionalidades en una base militar en la carretera que conduce a Leh desde Manali (estado indio de Himachal), confirmó hoy la Policía local.
El grueso de los españoles en la región -los 170 que estaban a salvo en la ciudad de Leh- están saliendo en los últimos días en vuelos comerciales con destino a Delhi, aunque algunos de ellos han decidido quedarse para ayudar a la población local o continuar con sus vacaciones.
"En ningún momento sufrimos lo que está sufriendo la gente de allí", dijo hoy a Efe un fatigado turista, Diego Martínez, a su llegada al aeropuerto de la capital india.
"Esta historia siempre la pagan los mismos: los más pobres", lamentó el murciano, que voló a Delhi junto a una treintena de turistas españoles y algunos heridos evacuados de la zona.
"Ayudamos sobre todo a cachemires" en el hospital de Leh, relató hoy a Efe Mari Carmen Pérez, enfermera de Vizcaya, que regresó ayer a Delhi junto al mallorquín Roca y formaba parte de la expedición de 46 montañeros vizcaínos atrapados en el enclave turístico.
La mayoría de ellos se encuentran ahora en Nueva Delhi o en un vuelo de regreso a España.
La zona de Ladakh, popular entre montañeros y por sus numerosos monasterios budistas, es el único destino en Cachemira al que el Ministerio español de Exteriores no desaconseja viajar, aunque sí advierte de que el valle de Zanskar, en el distrito vecino de Kargil (del que ayer fueron rescatados dos españoles) reviste "especial peligrosidad".
También advierte en su página web de que la temporada monzónica "implica en ocasiones fuertes lluvias y graves inundaciones".